Jesús es el “camino justo” de la vida cristiana y es importante verificar constantemente si lo estamos siguiendo con coherencia o si la experiencia de la fe se ha perdido o bloqueado en el camino.
Por Modesto Lule Zavala
La vida de la fe “es un camino” y a lo largo del recorrido se encuentran distintos tipos de cristianos”.
El papa Francisco ha precisado 4 tipos de cristianos:
- Cristianos momias
- Cristianos vagabundos
- Cristianos tercos
- Cristianos a mitad de camino
El Santo Padre ha aprovechado una de sus homilías para hablar de estos cristianos que “no caminan” que dan la impresión de estar “embalsamados”.
1) CRISTIANOS MOMIAS
Un cristiano que no camina, que no hace camino, “es un cristiano no cristiano”, “no se sabe qué es”, “es un cristianos un poco ‘paganizado’: está ahí, está quieto, no va adelante en la vida cristiana, no hace florecer las bienaventuranzas en su vida, no hace obras de misericordia… Está quieto”. Es como –ha indicado pidiendo perdón por la palabra– si fuera una “momia”, una “momia espiritual”. Al respecto ha añadido que estas “momias espirituales” están quietas, “no hacen el mal pero tampoco hacen el bien”.
2) EL CRISTIANO OBSTINADO, TERCO
Cuando se camina puede suceder que nos equivocamos de camino, pero eso no es lo peor. La tragedia es ser terco y decir ‘este es el camino’ y no escuchar la voz del Señor cuando nos dice que no lo es y nos indica: ‘vuelve para atrás y toma el verdadero camino’”.
3) CRISTIANOS VAGABUNDO
“Son cristianos que caminan, pero no saben dónde van”. “Son errantes en la vida cristiana, vagabundos”. Su vida es dar vueltas, por aquí, por allá, y pierden así la belleza de acercarse a Jesús. Pierden el camino porque dan tantas vueltas que les lleva a una vida sin salida: el dar demasiadas vueltas se transforma en un laberinto y después no se sabe cómo salir. “Esa llamada de Jesús la han perdido. No tienen brújula para salir y dan vueltas y vueltas; buscan”, observa el Santo Padre.
4) CRISTIANOS A MITAD DE CAMINO
“Hay muchos que en el camino son seducidos por una belleza y se detienen a mitad de camino, fascinados por lo que ven, de esa idea, de esa propuesta, de ese paisaje… Por eso, el Santo Padre ha subrayado que “la vida cristiana no es una fascinación, ¡es una verdad!” ¡Es Jesucristo!”