CNN: Un enemigo menos/Elizabeth Camino periodista venezolana
Un enemigo menos. Otro medio de comunicación que se suma a la larga lista de eliminados, sentenciados, amenazados y obligados a auto censurarse. Pese a la tan cacareada prédica del régimen chavista-madurista sobre su amplitud y libertad de expresión. Se llena la boca el director de Conatel hablando de cuan magnánimo es el gobierno revolucionario, en relación a la opinión libre y la amplitud en el manejo de la información por parte de los medios de comunicación.
Como todo sistema autoritario, falsear la realidad y crear verdades de las mentiras es la constante, es la forma de mostrar el talante de un gobierno cada vez más más déspota y sin sujeción a ninguna ley.
Desde el inicio de la gestión de la revolución socialista, su mentor el comandante “eterno” decretó la persecución a todo medio de comunicación, que según su parecer estuviese en contra de su administración y del proceso. Fue así como toda noticia emanada del centro del poder tan solo tienen derecho a difundirla los medios afectos. Los privados siempre han estado bajo sospecha, con razón o sin ella. En Venezuela no existe libertad de expresión, el régimen hace concesiones graciosas con algunos periodistas; se les permite opinar un poco más de los límies establecidos para continuar mostrando una fachada democrática ante el mundo. Los controles y amenazas se hacen sentir cuando se pretende denunciar, la enorme corrupción existente, o la falta de eficiencia de los funcionarios que forman parte del entorno presidencial.
La persecución al libre ejercicio del periodismo por parte del régimen no es novedad para el mundo. Más de sesenta medios han dejado de ejercer sus funciones y los que sobreviven lo hacen en condiciones adversas y con la preocupación de ganarse una sanción si se permiten opinar más de lo debido. Está prohibido cuestionar a los integrantes de las distintas instituciones del gobierno, criticar o denunciar. Hay que medir cada palabra, cada expresión para no comprometer al medio donde ejercemos el periodismo. Así hemos vivido estos años de seudo democracia, de remedo de libertad de expresión.
Es redundante seguir haciendo un recuento de las dificultades y padecimientos por los cuales hemos pasado los periodistas formados en democracia, con un pensamiento libre y alejados de la complacencia y lisonja a sistemas totalitarios o dictatoriales.
A este tipo de régimen le complace tener propagandistas a sueldo que escriban siempre sobre las supuestas virtudes y bondades de su desempeño en los cargos.
El gobierno de Maduro no escapa a esta perversión. Causa enojo y vergüenza la forma genuflexa de algunos periodistas que irrespetan el oficio mostrando una lamentable disposición por edulcorar falsamente la realidad de los hechos para conseguir la benevolencia y la aprobación del Presidente y sus funcionarios. Son propogandistas enajenados, mentirosos y con un evidente lavado de cerebro.
Enumerar la cantidad de medios de comunicación, que a lo largo de estos 18 años ha confiscado, comprado y cerrado el chavismo-madurismo ya resulta redundante, son dueños de más de la mitad de emisoras de radio y televisoras, y otras muchas radios comunitarias. Maduro se queja de la poca difusión que ha tenido su obra de gobierno. No hemos mencionado las horas de cadena nacional y la profusión de anuncios publicitarios, los cuales obligan incluir de manera gratuita y arbitraia en distintos horarios, en emisoras y televisoras privadas.
En una de esas tardes que Maduro elige para contar chistes, decir simplezas y castigar de manera inclemente el castellano, decidió sancionar y sacar del aire, ordenado a su subalternos exigir a los dueños de televisión por cable eliminar la señal de CNN.
Para Maduro, CNN es causante de muchos males. Ese medio de comucnicación Internacional es responsable de golpes de estado, desestabilización de su gobierno, conspiración y vocero de la «derecha apátrida venezolana». Añadiendo a esta lista, su participación en la guerra económica y la guerra contra el petróleo venezolano. Visto de esta manera, eliminar a CNN es la solución a muchas de las penurias que sufrimos los venezolanos. Silenciar este medio perverso es lograr que a partir de mañana se terminen las inmensas colas para encontrar medicinas y alimentos, que de ahora en adelante nos vamos a sentir seguros en las calles y en nuestras casas. Tendremos elecciones, Maduro finalmente se encargará de gobernar en serio, seremos un país feliz… se fue CNN. No hay más corrupción, no tendremos noticias de supuestos narcotraficantes.
Presidente, somos treinta millones de venezolanos que vivimos eso y más por lo cual usted ha expulsado a CNN. No hay necesidad de tener un medio que nos cuente la barbarie de un sistema corrupto y manipulador. Las consecuencias de su empeño en falsear la realidad la seguirá viendo el mundo a través de CNN con su señal abierta. No se puede ser más torpe.