En la larga línea de propuestas tecnológicas para ajustarse a los movimientos del mercado, una nueva aplicación de Suecia llamada Wydr busca aplicar el marco de trabajo de Tinder para la compra-venta de arte. La esperanza, según los fundadores, Matthias Dörner y Timo Hahn, es que la aplicación democratice el mercado del arte por medio de permitir a los usuarios “expresar fácilmente su opinión, hacer sus favoritos galerías personales y comprar el arte que amen.”
En una conversación con TechCrunch, Dörner da una explicación sobre la utilidad de la aplicación, pero eso sí, con la jerga perfecta para la venta de un producto. El afirma que, “Wydr cambia como las personas interactúan con el arte. No hay curación ya que todas las obras son curadas por la comunidad misma. Los artistas reciben retroalimentación de los usuarios, y éstos pueden ver qué está de moda.” Dando prioridad a la comunidad, prometiendo cambiar la interacción y haciendo un robusto sistema de retroalimentación es la manera típica por la que la tecnología busca dar soluciones a los problemas humanos esotéricos: simplemente mira a otros clones de Tinder como BarkBuddy (Tinder para perros), Thrindr (Tinder para Tríos) y ShowSwipe (Tinder para zapatos).
Todavía falta ver si esta filosofía puede ser traducida al arte. Incluso en museos, los espectadores son trágicamente apresurados, como un experimento en el Museo Nacional en Londres mostró en el 2000. En aquél entonces, Alexander Sturgis curó Telling Time(Diciendo el Tiempo), el cual, usando un mecanismo de registro visual para observar cómo la gente mira el arte, descubrió que de 5000 sujetos, la mayoría tiende a sólo ver los puntos focales de una pieza antes de moverse a otra. Otro estudio encontró que los visitantes de museos le dedican un promedio de 15 a 30 segundos por obra. Reduce esto a las fracciones de segundo que uno tarda en juzgar a posibles parejas en Tinder y es difícil creer que verdadero amor estético puede ser logrado así, pero de igual manera no hará daño intentarlo.
Sin embargo, Wydr podría presentar una alternativa a la pregunta de la galerista y curadora Michelle Gaugy en Quora: ¿Por qué a los artistas no les gusta el actual mercado del arte?”
“Tener una galería de arte es una propuesta muy costosa. Para tener éxito, generalmente tiene que estar localizada cerca de otras galerías, preferiblemente otras exitosas, lo cual seguido (aunque no siempre) significa rentas extraorbitantes por el espacio,” ella explica. Esto significa que apostar por obras innovadoras que podrían no venderse casi nunca es rentable para una galería exitosa.
Ella continua, explicando que la mayoría de los compradores en galerías necesitan obras que tengan el tamaño correcto para una casa, más que un épico lienzo de 2 x 2mts que necesita un gran salón o museo para ser expuesto. Wydr afirma que puede, de hecho, conectar a los artistas con aquellos que tienen los medios para comprar su arte, sin importar la geografía. “Justo la semana pasada un artista vendió una pintura de 100 x 80cm desde Suiza hasta EUA – a través de Wydr,” cuenta Dörner a Techcrunch.
Mientras nosotros aún buscamos nuestra primera conexión en Wydr, puedes juzgar la aplicación por ti mismo descargándola aquí.
Fuente: thecreatorsproject.vice