Una falsa democracia
Dada la manipulación tan fuerte que hay del lenguaje por parte de políticos y periodistas, es necesario continuamente realizar los análisis partiendo de premisas claras y sin ambigüedades para llegar a determinadas conclusiones.
Aunque el concepto de democracia se basa en que la soberanía de la nación reside en el pueblo, suele utilizarse además en el sentido de garantía de derechos individuales y de Estado con separación de poderes.
Las dictaduras, por el contrario, se basan en una concentración del poder en una persona o grupo y en la ausencia de garantía de los derechos citados.
Todas las dictaduras suelen disfrazarse de falsa democracia creando los diversos poderes del Estado como el legislativo, ejecutivo y judicial.
Los regímenes
El régimen franquista crea las Cortes en 1942 como órgano de representación del pueblo.
Posteriormente incluso separa la Jefatura del Estado del Poder Ejecutivo.
El régimen castrista también posee una Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, un Consejo de Ministros con funciones ejecutivas y un Tribunal Supremo Popular.
Sin embargo, no por ello son consideradas democracias ya que realmente unas instituciones no sirven de contrapesos y controles de las otras.
El estado Español
¿Puede nuestro Estado ser considerado como verdaderamente democrático?
Nuestra CE no garantiza una verdadera división de poderes al tener un Presidente del Gobierno nombrado por el legislativo en vez de directamente por los ciudadanos y, lo que es más importante, permite tener un poder judicial gobernado por un CGPJ nombrado en su totalidad por políticos.
Otra cuestión importante en las dictaduras es la censura que suele ejercitarse de forma directa e incluso con organismos destinados a cumplir esa función.
La Constitución Española prohíbe la censura previa pero ésta puede realizarse igualmente de diversas formas como privilegiando a los medios afines a través de subvenciones o mediante publicidad oficial de la que privan al resto de medios, concediendo licencias únicamente o en su mayoría a los afines, etc. lo que produce una situación prácticamente de cierre de medios díscolos.
Al final o entras en el redil o sabes a que te arriesgas.
Y si alguien se escapa del control y empieza a tener cierta repercusión hay que intentar acallarlo con otras alternativas.