Burnout!

El Síndrome de Desgaste Ocupacional o Enfermedad del Trabajador Consumido, son algunas traducciones para el infame Burnout del que tanto ya se ha escrito y que afecta tanto a profesionales como a estudiantes.

 

¿Te habías puesto a pensar que este malestar no te afecta sólo física y psicológicamente, sino que también puede afectar de manera grave tu imagen pública?

Mira cómo reconocerlo y cómo afecta tu percepción, pero sobre todo, aprende qué hacer para evitar el tan temido SGM (Síndrome del Godín Molido):

 

Síntomas

¿Estás cansado desde que te levantas, te da flojera cualquier actividad y sientes que nada te produce placer?
¿Te la pasas quejándote, para ti todos están mal, estás irritable, no soportas a tus jefes y compañeros y a la primera de cambio sacas las garras?
¿La «cajeteas» más de lo normal, se te olvidan los nombres y fechas, y tus “pequeños” descuidos están afectando a terceros?
¿Sientes que necesitas un cambio, estás desmotivado, dejas todo para mañana y te agobia la rutina?
¿Te duele la cabeza, sufres mareos, tienes las defensas bajas, te salen aftas, no sabes por qué tienes diarrea o en general luces enfermo?

 

Quemón

¡Aguas!, tus jefes, maestros, pares y clientes
pueden percibirte como ineficiente y poco
dinámico aunque no lo seas.
¡Típico!, eres el clásico insufrible de la oficina o el colegio. Nadie te dirá que no te soportan, pero hablarán de ti a tus espaldas. Ser el que trae el conflicto a una organización en paz es lo peor que le puede pasar a tu imagen.
¡Ojo!, nadie quiere a un colaborador torpe y desorganizado. Un descuido por pequeño que parezca puede tener grandes repercusiones que dañen a tu jefe, a tu equipo o a toda la organización.
¡Cuidado!, tu lenguaje corporal es un atajo
directo al corazón y no sabe mentir… por lo que si tu cuerpo luce desapasionado o tu voz desganada nunca convencerán, venderán y difícilmente lograrás tus objetivos.
¡Pobre!, tu debilidad hará que te perciban como incapaz y duden de tu rendimiento. Pensarán que no pueden contar contigo para cosas importantes y generarás hacia ti una mezcla de compasión y repulsión.

 

 

Solución

 

¡Haz ejercicio por la mañana! Aunque pienses que hacer ejercicio te cansará más, es todo lo contrario, generarás endorfinas y llegarás más activo y feliz al trabajo o a la escuela.
Reláaaaajate. Vete a un spa o agéndate un fin de semana solo. Piensa si realmente están mal los demás o si eres tú el del problema. El Burnout tiene que ver más con nosotros que con nuestro entorno; además, verás que cuando sales con tus amigos a ellos tampoco los tolerarás… ¡la única diferencia es que ellos sí te dirán que el que está insoportable eres tú!
Revélale tu situación a tu jefe o maestros y diles que estás trabajando para mejorarla. Sin duda verán la forma de ayudarte, al tiempo que serán más tolerables y comprensivos con tus errores.
¡Rompe con la rutina!, reacomoda tu oficina, tu cuarto, tus horarios, tus tareas… Adquiere un nuevo hobby, inscríbete a un diplomado, cambia tus hábitos alimenticios, compra una mascota, hazte un cambio de look, conoce nuevos amigos, en fin, ¡reinvéntate! Tener la cabeza ocupada en algo nuevo te distraerá de la inevitable rutina laboral y despertará en ti nuevas pasiones.
¡Ve al médico!, seguro te diagnosticará el Burnout y te recetará descanso o-bli-ga-to-rio. Y nada mejor que unas vacaciones ordenadas por prescripción.

 

 

Finalmente, si nada de lo anterior funciona, ¡renuncia o cambia de aires! Pues entonces el problema es  tu entorno laboral o académico, y ese, difícilmente va a cambiar.

 

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