“La pandemia exigió que enfrentemos nuestros miedos de manera más saludable”.
Mientras Steven Hayes buscaba una solución para abordar su trastorno de pánico, se alejó de las opciones más tradicionales y comenzó a explorar alternativas. El resultado fue su desarrollo del modelo que subyace a la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Una voz para entender los debates de salud mental que se avecinan.
Cuando se habla con Steven C. Hayes uno se olvida por completo de estar frente a quien el Instituto de Información Científica de Estados Unidos ha catalogado desde 1992 como el trigésimo psicólogo de mayor impacto del mundo. Es el hacedor de la más actual teoría de la psicología positiva, afincada en las ideas de aceptación y compromiso (ACT). En medio de un intenso debate en su universidad hace años abrió la boca para contribuir, pero no pudo hablar. De hecho, su corazón estaba acelerado, no podía respirar, casi como si tuviera un ataque cardíaco.
Aprende que es un ataque de pánico, pero comienzan a ocurrir con más frecuencia, lo que lo obliga a retirarse de la vida de la enseñanza. Su determinación por recuperarse lo llevó a hacer una contribución duradera a la psicología, aunque es una que se considera controvertida en los debates entre la terapia cognitiva y las terapias conductuales. “Aprender a dar batalla por lo que sí podemos cambiar nos ayuda a focalizar esfuerzos y no desperdiciar energías. La pandemia nos enseñó mucho en ese sentido. De un día para otro tuvimos que aceptar realidades impensables y aprender a convivir con ellas para poder sobrevivir”, dice Hayes.
¿Nos sumergimos en una terapia de aceptación y compromiso sin quererlo?
Así es. Fue un shock. Debimos aceptar la realidad e involucrar nuestros esfuerzos en hacer de ese tiempo lo mejor que podíamos. En casa, con los niños, con la pareja, reinventándonos en el trabajo… Nos dimos cuenta de lo poco que controlamos en nuestra vida.
Ahora se trata de cómo volver a la normalidad. Pero ¿a cuál?
El Covid fue todo menos justo. Quienes tienen menos medios asumieron una mayor carga. Cuando nos quedamos en el por qué o en intentar hacer como que nada pasó, desperdiciamos nuestra energía psicológica. Perdemos foco y fuerza. Grandes estudios han demostrado que hay tres habilidades principales para imponer en este tiempo: apertura emocional y cognitiva; atención flexible a lo que está presente por dentro y por fuera, manteniendo un sentido de perspectiva y apreciando la perspectiva de los demás; y la elección de los propios valores y la construcción de hábitos sociales y de comportamiento en torno a ellos. Cuanto más implementamos
estas habilidades, más resilientes somos y mejores nuestros resultados mentales y conductuales. El impacto positivo de estos métodos y procesos se demostró una vez más en pandemia.
¿Cómo abordar las nuevas problemáticas psico-emocionales que trae aparejado volver a salir a la calle?
Para salir adelante es necesario aceptar el escenario y aprender a vivir con él. La pandemia exigió que enfrentemos nuestros miedos de manera más saludable; lidiar con las pérdidas concretas y potenciales de manera que fomenten la conexión humana y el cuidado; y brindar apoyo físico y mental a nuestras familias, compañeros de trabajo, proveedores de atención médica y comunidad de una manera compasiva y amorosa. Ahora es momento de seguir aceptando lo que hay: salimos, nos protegemos, nos vacunamos, hay que salir del temor porque el temor paraliza.
Hemos escuchado que la pandemia nos hará mejores personas, que ahora valoramos las cosas importantes, que nos deshacemos de lo innecesario, ¿qué opinas de todo esto?
Hemos desarrollado un sistema en el cerebro que puede evaluar, comparar y resolver problemas. Es una herramienta increíblemente útil, pero también es problemática. Nos cuenta fantasías sobre el mundo y sobre nosotros mismos que nos engañan para que las creamos. Cuando estas fantasías entran en conflicto con la realidad, sufrimos. Es parte de nosotros, y nunca se calla. Como protección esa misma parte de nosotros nos dijo cosas bellas que queríamos escuchar en pandemia, como que estar con nuestra gente es lo importante. Pero si sólo queda en la voz de ese dictador, su mirada errática cambiará de discurso de un día para el otro. Siempre podremos conservar esos cambios es la pospandemia si los convertimos en planes para adoptar comportamientos más acordes con nuestras metas.
¿Cómo afrontar la pospandemia sin haber salido de ella?
Con aceptación para cuidar la salud psicológica. Eso significa estar alertas a los trastornos de ansiedad, la depresión o el estrés postraumático. También significa enfrentar los desafíos que planteó el covid con la fuerza psicológica y la resiliencia necesarias. Las lecciones que aprendimos nos permitirán adaptarnos a los desafíos de la era posterior de una manera que pueda generar prosperidad mental. Es preciso capitalizar el aprendizaje de vivir en incertidumbre porque realmente controlamos muy poco de lo que pasa. Aceptar y soltar ese control va a significar un gran alivio.
¿Qué recursos podemos aplicar para aliviar el camino?
Es clave en la pospandemia saber lo que importa. Cuanto más se tenga claro el orden de prioridades personales de atributos y de personas que valen para nosotros y por qué, más se actuará en consecuencia. Por ejemplo, si volver a ver a nuestra gente es trascendente y se reconoce por qué, se vencerán otros temores en pos del deseo. Entonces, si logramos detectar qué es importante para cada uno de nosotros hoy y por qué es así, eso nos vuelve poderosos y nos fortalece en cualquier adversidad. Nos pone un camino a seguir en el que sí podemos actuar e influir. ¿Habrá traspiés? Sí. Habrá que tragarse la píldora amarga y actuar. Cuanto más se permita sentirse incómodo al servicio de lo que es importante, mejor será la calidad de vida.
Steven C. Hayes es psicólogo y profesor. Ha tenido un inmenso impacto en la psicología. Ha sido presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología Aplicada y Preventiva, la Asociación de Terapias Conductuales y Cognitivas y la Asociación de Ciencias del Comportamiento Contextual. Es autor de más de 46 libros y ha escrito más de 650 artículos científicos. Él es el desarrollador de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que se convirtió en una forma de psicoterapia que utiliza la atención plena, la aceptación y métodos basados en valores.
Autor: Steven Hayes
Fuente: Clarin