Rómulo Conde Machado
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas
Experto en Integración de Sistemas y Diseño e Implantación de Sistemas de Información
https://www.linkedin.com/in/romulocondemachado/
2020 ha sido, sin duda, uno de los años más difíciles para todo el mundo, en mucho tiempo. La crisis sanitaria y socio-económica, causadas por el coronavirus, se ha llevado a muchas vidas, y ha tenido un impacto significativo en todos los países del mundo.
No obstante, es precisamente en estos momentos, en los cuales es más importante que nunca afrontar las adversidades surgidas con mentalidad y espíritu positivos:
- Retos sanitarios: la pandemia global nos ha hecho ver con ojos claros la importancia del sector sanitario; el desarrollo en tiempo record de varias vacunas demuestra una vez más que es fundamental invertir en I+D y el sistema educativo que produzca los científicos y expertos correspondientes. Veamos esto como una oportunidad para empujar la inversión en la educación e I+D desde las Administraciones Públicas y el Sector Privado desde el 2021 en adelante.
- Retos económicos: la crisis económica mundial derivada ha mostrado, a su vez, la importancia de la rapidez de adaptarse a los cambios, y de la digitalización de los procesos, tanto internos (p.ej. tele-trabajo, planes de continuidad de negocio) como externos (p.ej. herramientas online/web, logística). Sigamos empujando la digitalización y las inversiones necesarias correspondientes, en 2021. Esto nos permitirá estar mejor preparados para competir en los mercados internacionales y poder afrontar futuras crisis sanitarias.
- Retos sociales: Otra consecuencia de la pandemia es la desigualdad social del impacto. Los estratos sociales con ingresos menores han sufrido el impacto negativo en mayor medida, bien por la pérdida del trabajo o por falta de acceso a recursos educativos virtuales/a distancia, conduciendo de ese modo al crecimiento de la brecha social. Por tanto, es crucial que tanto el sector público como las empresas privadas potencien sus esfuerzos de cara a la inclusión educativa, tecnológica y financiera. Esto, además, va dará lugar a una futura vía de crecimiento económico sostenible, debiendo, por tanto, formar parte de cualquier estrategia de responsabilidad social corporativa.
En resumen: veamos la situación actual como una oportunidad y catalizador de cambios para salir reforzados … o como dice el proverbio:
“Never let a good crisis go to waste” – Nunca desperdicies una buena crisis.