Pugs, frenchies, boxers, shih-tzus y otras razas de cara plana han estado de moda durante la última década. Estos especímenes de razas puras tienen una personalidad amistosa y un look simpático.

¿Y qué los hace tan lindos? ¿Su cara aplastada? ¿Su cuerpo obeso? ¿Su cola rizada?

Esa cola ensortijada te parecerá menor tierna cuando sepas que es un defecto génetico provocado a propósito, que en sus manifestaciones más graves causa parálisis. Y su nariz aplastada ha sido provocada por una crianza selectiva para ser cada vez más chata y pequeña, lo que hace que estos perros tengan dificultad para respirar y alimentarse, así como que surjan estrés cardiovascular, ojos cereza (masa de color rojo en la esquina interna del ojo), sobrecalentamiento (los perros no sudan, así que necesitan jadear para expulsar el calor), sobrepeso por la vida sedentaria que ocasiona el sobrecalentamiento, deformación dental, colapso de la bóveda palatina y dermatitis. Un verdadero desastre anatómico.

 

pug dog with long tongue, struggling to breathe

A pesar de las cirugías correctivas y tratamientos para el dolor que suelen requerir con frecuencia los ejemplares de estas razas, los veterinarios no suelen hablar de lo poco ético que es comprar y mantener la demanda de estos perros discapacitados genéticamente, por una sencilla razón: no es bueno para el negocio.

“Si alzo la voz y digo la verdad sobre estas razas», confesó un veterinario anónimo a The Guardian, “alejaría a sus dueños e iriían a buscar otro veterinario en el vecindario de al lado. Los negocios no pueden afrontar las consecuencias de ser honestos.»

La Asociación Veterinaria Británica (The British Veterinary Association – BVA), está en una mejor posición para hablar claro. Ha hecho varias declaraciones este año acerca de criar y comprar perros braquicefálicos, expresando que esta moda representa una preocupación acerca de la salud y el bienestar de los perros.

“El incremento de la popularidad de estas razas ha incrementado el sufrimiento animal y producido mascotas problemáticas para sus dueños, de modo que exhortamos a la gente a elegir una raza más sana y una cruza de razas», dijo a The Guardian el presidente de la BVA, Sean Wensley.

De hecho, las razas mixtas son más saludables que las razas puras, una verdad que niegan los criadores de perros, a pesar de la infromación arrojada por un estudio realizado en 2013 que sustenta el argumento. de acuerdo con las estadísticas médicas recabadas de los expedientes de más de 27,000 perros y comparando la incidencia de 14 desórdenes genéticos en razas puras y mixtas, los investigadores hallaron que 10 de tales defectos tenían una incidencia significativamente mayor en los perros de razas puras, y solo 1 de esos defectos se daba más en las mixtas. El resto de los desórdenes se daba en igual proporción en ambos grupos.

Los retratos de William Hogarth con su pug, Trump (1745) y la Princesa Ekaterina Dmitrievna Golitsyna con su pug (1759), dan una idea de cómo lucía esa raza en aquel entonces, comparada con la actualidad – nota la cola derecha.

Esta práctica también se ha realizado en los gatos. Dos gatos que se han convertido en celebridades en las redes son Lil Bub (con cerca de 3 millones de seguidores en Facebook y su Vice documentary), y Grumpy Cat o Tardar Sauce (con cerca de 9 millones en Facebook ), que tiene su propio manager, un contrato editorial para publicar sus libros, una línea de juguetes para gato y un contrato de publicidad con la marca de alimento para gato Friskies).

¿Por qué razón son tan famosos Lil Buby y Grumpy Cat? Pues porque son…. cómo decirlo… son un caos genético. Lil Bub fue el deforme de la camada y tiene una lengua que siempre le cuelga fuera de la boca debido a su quijada anormalmente pequeña y a su carencia de dientes. También sufre una grave osteoporosis y recibe un tratamiento para su condición. Grumpy Cat sufre enanismo felino y una mordida defectuosa, lo cual produce su famoso gesto.

Si buscas en Bored Panda’s list a los 20 gatos más famosos de Internet, verás que muchos de ellos sufren discapacidades o mutaciones genéticas, por ejemplo: Honey Bee – discapacidad visual, Monty the Cat – carencia de tabique nasal, Lazarus the Vampire Cat – paladar hendido, Fukumaru – heterocromia. Sin embargo, hay una gran diferencia entre amar a un animal que sufre una mutación genética y crear mutaciones genéticas intencionalmente o comprar a una industria que lo hace.

 

Izquierda: Grumpy Cat (foto por Gage Skidmore). Derecha: Lil Bub.

En materia de mascotas domésticas, existe un creciente fetichismo hacia lo raro. Lo feo es lindo, lo deforme es único. Es el nuevo espectáculo victoriano que ama el público. Desde una perspectiva, es una actitud sorprendentemente progresista – imagina que los humanos reconociéramos y reverenciáramos la diversidad en las personas de la misma manera. En cambio, tendemos a evitar el contacto visual con las personas que sufren alguna discapacidad, que tienen cicatrices o marcas, en vez de relacionarnos con ellas.

Otra cosa sería convertir a las personas con defectos congénitos en un lucrativo negocio, regresando a los inhumanos espectáculos que ofrecían las ferias de antaño. Peor aún producirlas, como lo hacen hoy con las mascotas de moda.

 

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