No hace mucho tiempo, aunque a los jóvenes todo lo pasado les sabe un poco a viejo, el arzobispo de Buenos Aires, Argentina, Jorge María Bergoglio, alarmado por la ola de violencia y delincuencia entre los jóvenes, creó un programa de “Escuelas de Vecinos” y “Escuelas Hermanas”. Su idea era muy concreta y sencilla: unir a los colegios, sin importar la religión, clase social, idioma, etc. para que los jóvenes convivan, hablen, se conozcan, se entiendan y se ayuden. Y él, que siempre ha sido un gran aficionado al fútbol, pensó que el deporte y el arte popular eran los mejores vehículos para lograr esa convivencia. Y empezó a hacerlo.
Cuando se convirtió en el Papa Francisco I, siguió con ese mismo proyecto, que se convirtió en Scholas Occurrentes, una fundación canónica privada, que ahora trabaja a nivel mundial, animada por el mismo espíritu que tuvo en sus inicios como una unión de escuelas para propiciar la convivencia de los jóvenes de todas las religiones y en todo el mundo, auspiciada por organizaciones privadas y grandes figuras del deporte. Los primeros en apoyarla fueron Lionel Messi y Gianluigi Buffon. Ni más ni menos.
Cada año, Scholas Occurrentes realiza un gran encuentro mundial entre jóvenes de todos los continentes, que se reúnen durante una semana para intercambiar experiencias, conocimientos, vivencias y llevar adelante programas conjuntos de educación, integración y paz. El primero, fue en Ciudad del Vaticano; el segundo, en Jerusalén; el tercero, en Buenos Aires, y el cuarto, es en la Ciudad de México.
Es necesario, urgente, crear la cultura del encuentro.
Cerca de 500 niños de todo el mundo se reúnen en el IV Encuentro Internacional de Jóvenes, auspiciado por Scholas Occurrentes y la Organización ORT Mundial; la sede principal es el Colegio Israelita de México. En este encuentro la educación, el arte, el deporte, el juego y, sobre todo, la convivencia entre los jóvenes promueven los vínculos, la inclusión, la diversidad, el respeto, como semillas que habrán de llevar cada uno a su país.
“Hay que armonizar el lenguaje de la cabeza, con el lenguaje de las manos y el lenguaje del corazón”, dice Su Santidad. Desde sus inicios, el Papa Francisco soñó Scholas Occurrentes como la posibilidad de dar una respuesta concreta al llamado de ésta época. Y todos, donde nos encontremos, podemos avanzar en la tarea de educar en la apertura al otro, en la escucha, que al reunir los pedazos de un mundo atomizado y vacío de sentido, comience a crear una nueva cultura: la Cultura del Encuentro.
La real transformación
“El mundo cambia cuando entendemos que todos somos hermanos.”
Madre Trinidad