La trascendencia de los entrenadores deportivos en las escuelas

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Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.

Pierre de Coubertin (1863-1937), pedagogo francés,
renovador de los Juegos Olímpicos

En muchas ocasiones la función de los profesores de Educación Física o de los entrenadores deportivos dentro de las instituciones escolares es considerada como sencilla e insustancial. Se cree que su trabajo –la mayoría de las veces minusvalorado- es fácil y cómodo, consistente nada más en ‘poner a jugar a los niños’, lo cual constituye un punto de vista
muy limitado.

En primer lugar, es interesante tener clara la diferencia entre el profesor de educación física y el entrenador deportivo.

La Educación Física abarca todo lo relacionado con el uso del cuerpo, el cuidado y la preservación de la salud mediante la adquisición del hábito de una vida activa, y desde un punto de vista pedagógico, ayuda a la formación integral del ser humano al dar lugar a la convivencia y a la amistad, al fomento de la tolerancia y del respeto, y promueve la conveniente ocupación del tiempo libre; todo ello, a través del juego motor, la iniciación deportiva, el deporte educativo y la recreación.

El Entrenamiento Deportivo es un proceso continuo de trabajo para el perfeccionamiento técnico y físico de los deportistas, con el propósito de desarrollar sus cualidades físicas y psíquicas, a fin de elevar su capacidad de trabajo y  que pueda alcanzar el máximo rendimiento deportivo.

La Educación Física implica salud, hábitos, hobbies, educación del cuerpo y transmisión de valores; mientras que el Entrenamiento Deportivo busca optimizar el rendimiento. No son lo mismo pero tampoco son opuestos. La primera pretende que la persona sea competente y el segundo la prepara para competir.

El punto es que no podemos concebir a quienes pueden ser fundamentales para los niños y jóvenes exclusivamente como profesionistas que ‘algo’ les enseñan. Muchos son profesionales interesados en mucho más que la enseñanza deportiva o el aprendizaje en materia del cuerpo y de su funcionamiento. Me refiero a su trascendente ‘función’ dentro de los colegios, ya que pueden y deben contribuir con el proceso de Formación integral de sus ‘pupilos’, y sin embargo, es posible que algunos no estén conscientes del valioso potencial que poseen; ¡tanto! que esa podría ser su principal función.

Mediante la Educación Física y el Entrenamiento Deportivo es posible reconocerse, identificar las propias facultades y limitaciones, y desarrollar las formas de interacción social que permitan alcanzar aprehendizajes (con “h” intermedia) para la vida, y no solo para el deporte.

Hablar de la función de un Educador Físico o de un Entrenador Deportivo, alude necesariamente a la “relación” que establece con sus alumnos y/o deportistas, al estar consciente de su posibilidad de “darles” más que solo  psicomotricidad.

¿Qué representa el entrenador para un niño o adolescente? Especialmente en el caso de los varones ocurre a veces un fenómeno muy particular de identificación y admiración. Cuando es así, ¿qué debe hacer el entrenador o profesor? Hay que tener presente la importancia de la escucha que puede brindarse a un niño o joven sobre sus fantasías, anhelos, gustos, miedos, enojos, frustraciones, demandas, y las que comúnmente son en realidad demandas de sus padres que también se ponen en juego ahí.

En ocasiones es importante desempeñar la función de ‘corte’ para que el niño pueda tomar distancia, elegir, crear, divertirse y ¡jugar!; disfrutar por encima de la imposición exigente de triunfo que el mismo deporte o la educación física pudieran demandar, aunado al entorno social que exige y pone en la competitividad demasiadas cosas en juego.