Ojo al titular: la batalla del celular se gana
«con los hijos», no «contra los hijos».
Durante la infancia crecemos, nos desarrollamos y aprendemos con naturalidad, sin ningún esfuerzo.
Hablamos de niños que no han acabado la Enseñanza Primaria y van con un celular en el bolsillo. ¿No hay nadie que crea que nos estamos pasando de tecnológicos y exponemos a los hijos a situaciones que no sabrán dominar?
Afrontar la “batalla del celular” como si uno emprendiera un Vietnam tiene cero futuro. No puedes plantearte seriamente luchar contra el uso de este aparato si antes no has convencido a tu hijo (y al resto de tu familia, y a la escuela) de que existen mejores opciones para esta etapa de su vida. Es el consejo que da Fernando García, autor del libro “La Batalla del móvil”, que se ha publicado recientemente.
Aquí tienes algunas estrategias positivas para lograr que la relación entre tus hijos y el celular llegue a la edad más conveniente para él:
- Quieres lo mejor para tu hijo. Al no querer el celular no estás diciendo que quieras llevar vida de amish. No es que te resistas a la modernidad. Es sencillamente que cada cosa a su edad y el celular no corresponde a la Primaria precisamente.
- No quieres dejar a tu hijo en territorio enemigo. Se acabaron los profesores de natación que el primer día arrojaban al niño al agua, ¿por qué voy lanzarlo a las fauces de internet si no sabe todavía desenvolverse (como es lógico) ante muchas situaciones de la vida?
- Habla con los profesores. Ellos conocen mejor que nadie cómo se produce el desarrollo del cerebro de un niño: cuándo conviene fomentar la escritura a mano, cómo se le ayuda en la lectura y en la capacidad de abstracción, cómo puede desarrollar la fantasía o el cálculo matemático, cómo crecerá en empatía hacia las personas más frágiles.
- Haz que tu hijo note que, por encima de las maquinitas, existe el cariño de sus papás. Eso implica dedicación, tiempo, conversación, hacerse cargo de sus pequeñas o grandes cosas.
- Haz que tu hijo note la seguridad familiar. Le recoges en la escuela, no dejas que vaya solo por la calle hasta que tiene suficiente edad, te aseguras de que está con los mayores…
- Da ejemplo con tu celular. Al llegar a casa, que tus hijos vean que no eres un esclavo del celular. Guárdalo en las comidas, fomenta las conversaciones personales… Mira a tu hijo a la cara cada día para saber si le ha pasado algo, si está triste… En cuanto a las preocupaciones, quizá para él son muy grandes y parecen
problemas irresolubles. - Facilita su trato con los amigos también fuera de la escuela. Que puedan estar en tu casa, que hagan juntos los deberes, merienden, jueguen… No se necesita tener el jardín de la Casa Blanca para que dos o tres niños disfruten.
- Promueve «intereses interesantes». Desde las salidas culturales hasta el patinaje y desde el coleccionismo hasta las manualidades. Salgan de la ciudad los fines de semana y descubran la naturaleza.
- Genera una buena biblioteca de cuentos y libros didácticos. Los recursos de internet son fabulosos, pero antes conviene fomentar la lectura en papel.
- Emplea tu teléfono con él delante en ocasiones, para que aprenda cómo funciona y conozca la mecánica.
- Habla con él de los peligros a evitar por usar el teléfono. No responder a desconocidos, no clicar sin saber dónde nos metemos, no facilitar información sobre su casa ni sus horarios.
Fuente: Aleteia