El género de la ficción vive momentos especiales, hasta hace poco era asociado únicamente con los niños por todos sus elementos imaginativos, sin embargo éstos le permiten ser un vehículo liberador de la cotidianeidad, dándonos la posibilidad de experimentar circunstancias únicas.
Vivimos un nuevo furor por la fantasía, lejos quedaron las dudas de empresas como Universal Studios en invertir fuertes sumas de dinero en un filme con el concepto de aventuras en el espacio que terminó siendo una de las sagas más importantes del cine como Star Wars.
Recientemente la crítica le dio un espaldarazo al género de lo fantástico con los recientes reconocimientos a Guillermo del Toro con su película La Forma del Agua, algo remarcable ya que este tipo de filmes pocas veces son reconocidos como piezas de “buen cine”.
En muchas entrevistas que concedió el director mexicano dejó claro que en su último filme deseó retratar la realidad contemporánea utilizando personajes de ficción.
Guillermo del Toro ha recordado que en su génesis los cuentos de hadas fueron creados para los tiempos difíciles, ya que las fábulas permitían hablar de temas complicados de una forma asequible y en muchas ocasiones ni siquiera estaban dirigidos a los niños.
Esto explica en parte la riqueza del género debido a que aborda temas y representa valores universales que en un contexto donde se buscara apegarse a la
realidad rígida difícilmente se podrían lograr.
No es menor el poder que la ficción puede tener en estos tiempos para combatir los discursos de odio y exclusión a través de no reflejar la realidad sino recrearla.
En palabras de Kant, “la imaginación es aquella facultad que permite hacer presente aquello que está ausente” por ello la imaginación debe ser el área donde propongamos posibles situaciones.
Hace poco más de un año en la revista Wired, el expresidente Barack Obama escribió una editorial hablando sobre la importancia que la ciencia ficción tuvo en él. Cuenta que fue un chico que creció viendo Star Trek y que mentiría diciendo que no afectó su visión del mundo.
Narra que lo que más le gustaba de la serie televisiva era el optimismo que emanaba y el observar cómo la gente de la Tierra a pesar de los variados contextos y diferencias que existían entre ellos podían unirse para construir un mejor futuro. Esa es una convicción que tenía de niño y aún persiste en el exmandatario.
Así mismo relata como los productos de la ficción incitan a pensar en grande, no conformarse con el horizonte que la realidad plantea y explorar nuevos límites. Por esa razón decidió instaurar la Feria de Ciencia de la Casa Blanca en 2010 a fin de celebrar a los estudiantes que dan lo mejor de sí en las aulas y otorgarles un escenario propio de esa grandeza.
Cuando Guillermo del Toro subió al estrado a recoger el Oscar a Mejor Director dijo que lo mejor del arte que realizan los cineastas es la posibilidad de borrar “las líneas en la arena” dejando claro cómo un filme llega a todos los sitios, conecta con todas las personas y la forma en la que puede incluso cambiar una mente.
Entre la avalancha de todos los premios que aún le quedan por recibir a Guillermo del Toro estoy seguro que el mejor de ellos es haber inspirado a algún niño o joven mexicano de que él también puede contar historias de monstruos y ganar un Oscar.
Arq. Alejandro Robles Arias
Director de Arquitecturar
www.arquitecturar.mx