¿Quieres enamorarte? Evita la simple charla, dice un psicólogo

0
2223

Por Anna O’Neil

Un interesante estudio ofrece un cuestionario como herramienta para profundizar en nuestras relaciones.

Dadas las circunstancias apropiadas, ¿podrían dos extraños tener una oportunidad de enamorarse el uno del otro o hay ciertas personas que nunca podrían llevarse bien? El psicólogo social Arthur Aron se percató de que toda buena relación parece incluir un sentido de cercanía emocional entre las parejas. ‘¿Podría reproducirse esa cercanía en un laboratorio?’, se preguntó.

Aron realizó una serie de estudios. “Un patrón clave asociado con el desarrollo de una relación íntima entre iguales es el sinceramiento personal, sostenido, de forma escalada y recíproca”, escribe. Es una forma de decir que dos personas construyen intimidad al ser cada vez más abiertas y sinceras mutuamente sobre quiénes son y qué es importante para ellas.

Así que emparejó a una serie de extraños, les dio una lista de 36 preguntas de intensidad creciente y les pidió que informaran de sus sentimientos de cercanía hacia el otro después de 90 minutos de responder juntos a las preguntas. (Dos de los que se emparejaron así terminaron casándose, ¡eso sí que es un resultado alentador!).

Las preguntas iban dirigidas a crear una conversación que fuera más significativa que la simple charla que dos desconocidos suelen compartir al principio. La lista empieza relativamente de forma sencilla: “¿Cómo sería un día ‘perfecto’ para ti?”, “Si pudieras cambiar algo de la manera en que te criaste, ¿qué sería?”. Y poco a poco se van haciendo más personales: “¿Cómo sientes que es tu relación con tu madre?”, “¿Cuál es tu recuerdo más terrible?”.

Y por último, en la sección tres, las preguntas se vuelven especialmente difíciles de responder: “¿Cuándo lloraste por última vez delante de otra persona? ¿Y a solas?”, “¿Qué hay para ti, si es que hay algo, que sea demasiado serio como para bromear sobre ello?”.

Mandy Len Catron escribió sobre su experiencia haciendo estas 36 preguntas a un conocido casual para el New York Times. Terminó enamorándose de él y concluyó: “He empezado a pensar que el amor es algo más flexible de lo que hacemos que sea. El estudio de Arthur Aron me enseñó que es posible —sencillo, incluso— generar la confianza e intimidad necesarios para que prospere el sentimiento del amor”.

Desde que su historia se hiciera viral, otros lectores han contribuido con sus propias experiencias. No todos se enamoraron. Algunos usaron las preguntas para renovar sus relaciones y redescubrir esa cercanía. Otros encontraron el valor para decir, por fin, “te quiero”. Algunos tuvieron oportunidad de conocer mejor a sus parejas, pero no les gustó lo que encontraron.

El test no está diseñado solo para parejas potencialmente románticas. También es aplicable a la amistad, ya que ninguna relación puede prosperar sin cierto nivel de proximidad emocional. Además, aunque está diseñado para que lo usen desconocidos, mi marido y yo respondimos juntos a las preguntas durante una hora.

Al principio yo estaba un poco avergonzada, pero al final ambos queríamos que la conversación pudiera continuar durante horas. Llevamos tres años casados, pero aprendimos mucho el uno del otro y el resto del día me sentí especialmente cercana a él.

De modo que, si estás interesado en iniciar o profundizar en una relación con alguien, romántica o de otro tipo, quizás puedas saltarte la cháchara inicial. Puedes probar con la aplicación gratuita, que se diseñó con ayuda del doctor Aron. Incluso sin responder a la lista entera, el principio general queda claro.

Si quieres fomentar la intimidad con otra persona, ambos necesitan estar dispuestos a derribar los muros y mostrar a la otra persona quiénes son en realidad, al margen del miedo que les cause abrirse así.

En el ensayo de Mandy Len Catron, “Cómo enamorarse de cualquier persona, siguiendo estos pasos”, ella se refiere al estudio del psicólogo Arthur Aron (y otros) que explora si se puede acelerar el proceso que lleva a la intimidad entre dos extraños haciendo que respondan a una serie de preguntas específicas. Las 36 preguntas del estudio están desglosadas en tres series sucesivas, cada una diseñada para ser más indagatoria que la anterior.

La idea es que la vulnerabilidad mutua fomenta la cercanía. Los autores del estudio dicen que “un factor clave asociado con el establecimiento de una relación estrecha entre iguales es el hecho de abrirse personalmente de manera continua, gradual y recíproca”. Permitirse ser vulnerable ante otra persona puede ser en extremo difícil, por lo que este ejercicio forza este aspecto.

La tarea final que realizaron Catron y su amigo –mirarse a los ojos durante cuatro minutos– está menos documentada. La duración propuesta es de dos a cuatro minutos. Pero Catron es muy clara en su recomendación: “Dos minutos bastan para quedar aterrada”, me dijo. “Cuatro minutos nos llevan a algún lado.”

Serie I

1. Suponiendo que pudieras elegir a cualquier persona del mundo, ¿a quién te gustaría invitar a cenar?

2. ¿Te gustaría ser famoso? ¿En qué sentido?

3. ¿Algunas vez practicas lo que vas decir antes de llamar por teléfono? ¿Por qué?

4. ¿Qué constituye para ti un “día perfecto”?

5. ¿Cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿Con otra persona?

6. Si pudieras vivir hasta los 90 años de edad conservando durante los últimos 60 años la mente o el cuerpo de una persona de 30 años, ¿qué preferirías?

7. ¿Tiene una corazonada secreta sobre la forma en que vas a morir?

8. Nombre tres cosas que tú y tu pareja parezcan tener en común.

9. ¿De qué te sientes más agradecido en la vida?

10. Si pudieras cambiar cualquier cosa de la forma en que fuiste criado, ¿cuál sería?

11. Cuéntale a tu pareja la historia de tu vida en cuatro minutos, pero con tanto detalle como sea posible.

12. Si pudieras despertarte mañana habiendo adquirido una cualidad o una habilidad, ¿cuál sería?

Serie II

13. Si una bola de cristal pudiera decirte la verdad sobre ti, tu vida, tu futuro o cualquier otra cosa, ¿qué te gustaría saber?

14. ¿Hay algo que hayas soñado hacer desde hace mucho tiempo? ¿Por qué no lo has hecho?

15. ¿Cuál es el mayor logro de tu vida?

16. ¿Qué es lo que más valoras en una amistad?

17. ¿Cuál es tu recuerdo más preciado?

18. ¿Cuál es tu recuerdo más terrible?

19. Si supieras que dentro de un año vas a morir súbitamente, ¿cambiarías en algo la forma en que vives ahora? ¿Por qué?

20. ¿Qué significa la amistad para ti?

21. ¿Qué papel desempeñan en tu vida el amor y el afecto?

22. Alternadamente, di algo que consideres una característica positiva de tu pareja. Menciona un total de cinco características.

23. ¿Qué tan cercana y cálida es tu familia? ¿Sientes que tu infancia fue más feliz que la de la mayoría?

24. ¿Cómo te sientes en tu relación con tu madre?

Serie III

25. Cada uno haga tres declaraciones verdaderas usando “nosotros”. Por ejemplo: “Los dos estamos en esta sala sintiendo…”

26. Completa esta frase: “Quisiera tener a alguien con quien compartir…”

27. Si llegaras a ser amigo íntimo de tu pareja, di qué sería importante que ella supiera.

28. Dígale a su pareja qué le gusta a usted de ella; sé muy honesto esta vez y di cosas que posiblemente no le dirías a alguien que acabaras de conocer.

29. Cuéntale a su pareja un momento bochornoso de tu vida.

30. ¿Cuándo fue la última vez que lloraste con otra persona? ¿A solas?

31. Dile a tu pareja algo que ya te guste a ti de ella.

32. ¿Qué es algo demasiado serio para bromear al respecto?

33. Si fueras a morir esta noche, sin poder comunicarte con nadie, ¿qué sería lo que más lamentarías no haberle dicho a alguien? ¿Por qué no se lo has dicho?

34. Tu casa, que contiene todo lo que posees en la vida, arde en un incendio. Después de salvar a tus seres queridos y tus mascotas, tienes tiempo de una carrera final para rescatar algún objeto. ¿Cuál sería y por qué?

35. ¿Qué muerte de algún familiar sería para ti la más perturbadora? ¿Por qué?

36. Expón un problema personal y pregúntale a tu pareja cómo lo manejaría ella. Asimismo, pídele a tu pareja que te diga cómo parece que te sientes respecto del problema que eligió.

Fuentes: Aleteia y New York Times