Marina Valera —@thelittlemarin— No está exento de ironía el hecho de que algunas de las firmas más subversivas de la moda hayan rescatado del olvido el inmenso atractivo del estilo clásico. Y es que, como apuntaba Suzy Menkesacerca del desfile de otoño 2017 de Balenciaga, Demna Gvasalia ha conseguido “encontrar el equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo, e impulsarlo hacia el futuro”. O dicho de una forma más prosaica, quitarle el adjetivo “rancio” a todos esos conjuntos de sastrería y a esas camisas con lazada que asociamos a un estilo más conservador.
Porque son muchas (muchas) las tendencias del otoño que llevan elclasicismo impreso en su ADN: de los tejidos de pana y terciopelo al estampado de cuadros, pasando por las boinas o las camisas con chorreras y volantes. Y qué decir de ese gesto tan recurrente en el pasado, recuperado por la generación millennial, de llevar el jersey sobre los hombros a modo de bufanda. Hasta los mocasines y los zapatos con puntera en contraste se han convertido en una opción contemporánea por obra y gracia de firmas como Gucci o Chanel, que ahora venden sus productos icono a las nuevas generaciones cambiando la forma del mensaje pero no su contenido.
Las imágenes de ‘street style’ también son definitivas: sí, se pueden llevar vestidos de aspecto decimonónico o trajes de pantalón y chaqueta con zapatillas pero también se puede apostar el todo por el todo y no dejar que ningún aspecto del look indique una estética contraria. O, lo que es lo mismo, no escudarse en esa única prenda o accesorio que, supuestamente, hará que ese look parezca renovado. Sacar a la pija que llevas dentro, sin censuras ni dobleces, como ocurre con estos 7 looks que pasamos a analizar. ¿Tendrá algo que ver que este año se cumplan 20 años de la muerte de Lady Di?
© DIEGO ANCIANO / @COLLAGEVINTAGE2
LA ESTILISTA DANESA EMILI SINDLEV CON UN LOOK CLÁSICO DE MANUAL.
Vestirse como mamá
A pesar de que Emili Sindleves capaz de combinar bucólicos vestidos florales con unas zapatillas de running, este look de la estilista danesa es clásico al 100%. Empezando por el blazer de pana –tejido estrella de la temporada– y terminando en ese bolso de la firma Shrimps hecho a base de… sí, perlas. ¿Acaso hay una joya más tradicional que esta? Tampoco pasamos por alto los salones amarillos con pedrería de Manolo Blahnik –la reina del Upper East Side, Olivia Palermo, se casó con ellos en azul–, la camisa con lazada XL, ni la falda con el clásico estampado de cuadros.
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UN LOOK CLÁSICO, FEMENINO Y LLENO DE ENCANTO.
«Niña bien»
Sin resultar abrumador, digamos que el clasicismo de este look se siente especialmente en los detalles. Construido sobredos prendas básicas, un jersey azul marino y unos jeans oscuros, la camisa romántica con volantes en cuello y puños asoma a través de la prenda de punto dando con esa combinación tan recurrente y característica de las «niñas bien». Si a esto le añadimos las bailarinas destalonadas con puntera oscura de Chanel, tenemos una aproximación bastante discreta al look pijo de toda la vida.
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DEFINICIÓN DE CLÁSICO: DIADEMA DE TERCIOPELO, PANTALONES DE CUADROS DE TIRO ALTO Y MOCASINES.
Pija ochentera
La vuelta de esta estética también viene acompañada de cierto cáriz ochentero y no siempre tiene que haber hombreras en la ecuación. Este look tiene muchos elementos que nos recuerdan a esa década: la diadema de terciopelo de color granate, los pantalones de cuadros de tiro alto –y esa silueta que comparten con los ‘mom jeans’–, los mocasines con hebilla de Gucci, el jersey de punto rojo de aires retro e, incluso, los aros dorados. Pijo (e inspirador) hasta decir basta.
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LAUREN SANTO DOMINGO, CON UNA REBECA DE GUCCI.
Aires aristocráticos
Nadie mejor para representarlo que Lauren Santo Domingo, «la princesa espiritual de un país sin monarquía», tal y como la definía Carla Sierra en un reportaje publicado en VogueEspaña. La socialité más reclamada de la Gran Manzana representa ese look clásico y sin grandes estridencias cimentado en firmas de lujo y alguna que otra tendencia discreta. La rebeca con tribanda y pedrería de Gucci y el bolso con asas metálicas de Roksanda son una clara muestra de ese finoequilibrio entre los diseños icónicos y las piezas de insider.
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GALA GONZÁLEZ, CON MINIFALDA PLISADA Y BOINA DE COLOR BLANCO.
Colegiala francesa
Este look de Gala Gonzáleztiene muchas referencias que podríamos considerar clásicas de libro: nos recuerda a Alicia Silverstone en la película Clueless (1995)–la propia Gala hizo referencia a este filme en su cuenta de Instagram–, evoca el look tenista de toda la vida –deporte tradicional donde los haya– y está plagado de logos de Tory Burch–¡un clásico!–. Los accesorios, por otra parte, son incontestables: boina blanca y zapatos de cordones con calcetines. What else?
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LEANDRA MEDINE, CON EL JERSEY SOMBRE LOS HOMBROS A MODO DE BUFANDA.
Posh-moderna
Aunque Balenciaga ha rescatado este gesto tan 90s en versión off-the-shoulderpara su colección de primavera 2018, llevar el jersey sobre los hombros a modo de bufanda se ha convertido en tendencia por obra y gracia de Gigi Hadid, Victoria Beckham y Leandra Medine. Esta última encarna precisamente a esa pija moderna que sigue las tendencias y que adora las piezas icónicas pero reinventadas. ¿Un ejemplo? En vez de hacerse con dos bestsellers de Chanel, como el 2.55 en cuero negro y las bailarinas con puntera, apuesta por este mismo bolso en versión terciopelocon bordados y por unos botines-calcetín de la maison. No en balde, la creadora de The Man Repellerha confesado inspirarse en Lady Di en su cuenta de Instagram.
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EL CLÁSICO DOS PIEZAS DE TWEED EN TONOS ROSADOS.
Clásica 100%
Tras años y años asistiendo a la constante reinvención del traje de tweed –Karl Lagerfeld tiene mucho que decir al respecto–, por fin empezamos a ver looks de ‘street style’ que no tratan de modernizar este tejido sino que son simplemente lo que son: clásicos. Ni zapatillas hi-tech, ni mochilas añadidas: lo que pide esta falda entubada a gritos es un jersey con cuello bebé de color rosa, unos slingback bicolor de Chanel y un bolso tipo maletín en tonos empolvados. ¿O no?
Fuente: Vogue