¿Qué ha ocasionado el actual auge del populismo?
La respuesta convencional incluye términos como la desigualdad, la pobreza y la crisis económica global. No obstante, quedarnos solo con estos puede ocasionar una pobre comprensión del problema. Si los populistas solo necesitaran una economía en problemas para tener éxito, los votos para sus representantes no estarían a la alza en los países con más bajos índices de desempleo, como Holanda y Austria.
Junto con mis colegas Mark Pickup y Eline De Rooij, decidí replicar en Gran Bretaña el estudio de Sniderman, analizando los factores que conducen al rechazo público de tres grupos minoritarios: musulmanes británicos, ciudadanos británicos de raza negra y los inmigrantes procedentes de Europa Central (scholarly journal). Realizamos dos veces el estudio, una en 2011, justo antes de los motines de los negros, y en 2016, justo después del referéndum sobre el Brexit.
Igual que Sniderman, hallamos que aquello que percibimos como una amenaza a nuestra cultura nos preocupa más que la economía. De modo que, aun a la sombra de una crisis financiera importante, una recesión, un clima de austeridad, una suspensión de pagos, un nivel de vida raquítico o un creciente número de ataques terroristas, lo que más preocupa al ciudadano son las amenazas culturales.
Tanto en 2011 como en 2016, el sentimiento de que su cultura estaba siendo amenazada estaba ligado a la hostilidad de los británicos hacia los grupos minoritarios. Ese sentimiento propició la tendencia al proteccionismo, que a su vez explicó la animadversión hacia los musulmanes y las personas de color.
Este hecho explica también que los políticos de centro-izquierda de Europa hayan visto disminuir su número de votos entre los ciudadanos que luchan por preservar su cultura y sus valores ante una crisis política, la llegada masiva de refugiados, los medios que celebran y promueven la internacionalización y no muestran verdadera lealtad a su comunidad. Por eso los partidos de izquierda han perdido adeptos. En la medida en la que nuestras sociedades se vuelven más diversas étnica y culturalmente, los votantes han comenzado a sentirse ansiosos, y los populistas de izquierda solo les hablan de economía. Por eso, los votantes obreros saltaron del barco y se convirtieron en una fuente clave de votos para los populistas de derecha.
La reacción cultural que ha surgido en Occidente no va a evaporarse en un futuro cercano, aun cuando se restablezca el crecimiento económico. En la medida que las sociedades tiendan a volverse cada más diversas, los políticos que ofrezcan preservar aquellos valores que importan a las comunidades de votantes seguirán cosechando votos.