Editorial
Octubre de 2017
A pesar del optimismo que priva en los analistas, la realidad es que las negociaciones comerciales entre Estados Unidos, Canadá y México han dejado pocos elementos para asegurar que todo tendrá un final feliz, sobre todo porque Donald Trump sigue mirando al TLCAN como algo sustituible por acuerdos bilaterales y en donde nuestro país tiene muy pocas oportunidades de cambiar esta visión.
Ciudad de México.- Con el inicio de la cuarta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el panorama continúa siendo ambiguo y con muchas dificultades por las propuestas que ha puesto Estados Unidos sobre la mesa, sobre todo a temas referentes a la industria automotriz.
Todo parece indicar que Donald Trump sigue mirando al TLCAN como algo sustituible por acuerdos bilaterales, al menos eso ha declarado públicamente e incluso señaló abiertamente que Estados Unidos está abierto a negociar con Canadá de manera individual, pero no con México.
“Es posible que no podamos llegar a un acuerdo con uno o con otro, pero llegaremos a un acuerdo con uno”, pero dejó entrever que ese “uno” será Canadá.
“Tenemos que proteger a nuestros trabajadores y para ser justos, el primer ministro quiere proteger también a Canadá y a su gente. Debe ser justo para ambos países”, afirmó el presidente de los Estados Unidos.
Esto enrarece aún más el ambiente de negociaciones, en donde la postura de Estados Unidos de a elevar a 85 por ciento el límite para el contenido de origen norteamericano en los autos, desde el actual 62,5 por ciento, con un requerimiento específico de fabricación estadounidense de 50 por ciento, ha creado mucho descontento en Canadá y México.
Pero esta postura proteccionista de la delegación de Estados Unidos, que podría incluso detener las negociaciones, no necesariamente significa un golpe para México, ya que para algunos analistas el más perjudicado en caso de no poder continuar el TLCAN sería precisamente el país vecino del norte.
México no sería el único afectado
De acuerdo a Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA Bancomer, los tres países tendrían afectaciones directas, pero no México podría solventar de alguna manera este golpe apegándose a las normas internacionales de comercio internacional, lo que de algunas garantías para seguir exportando a Estados Unidos.
“Para México no es tan grave porque exportaría con base en lo estipulado en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y aumentarían a 8% los aranceles por eso sería más negativo para Estados Unidos”, señaló Serrano en declaraciones que retoma el sitio Expansión.
Además de que tampoco está de acuerdo con el hecho de tener que renegociar el TLCAN cada cinco años como propone Estados Unidos, ya que esto “sería un factor de incertidumbre” para los mercados y la economía.
Por otra parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, confía en que sea su gremio los que puedan tener un peso específico para cambiar el rumbo de las negociaciones y llegar a buen puerto.
“Creemos que es la acción del sector privado la que va hacer recapacitar sobre posibles soluciones que tiene en su visión la Casa Blanca en las negociaciones que tenemos”, señaló Castañón luego de participar en el US-México CEO Dialogue.
Fuente: El Semanario