Por La Gaceta
España
Aseguran que “la no violencia activa es contrarrevolucionaria” y que solo consigue “aumentar la mentalidad del no se puede”.
Las Fuerzas de Seguridad del Estado han intervenido un panfleto que está difundiendo la CUP, socio de gobierno del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, junto a ERC, para enfrentarse a los miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil en las manifestaciones separatistas que se prevén durante este fin de semana en Cataluña.
Tal y como señala el portal benemeritaaldia.org, el documento consta de 72 páginas y en él se hace un repaso de las distintas unidades antidistubios de Policia Nacional y Guardia Civil. “Antes de nada vamos a estudiar a quien nos enfrentamos y como se organizan para de este modo sabernos defender de ellos”, dicen.
En este manual, la CUP publica el lugar donde tienen sus sedes los diferentes grupos de UIP y GRS, los tipos de formaciones que utilizan para neutralizar a los violentos, el equipamiento básico y tácticas usadas para hacer frente a los radicales en las manifestaciones.
En la introducción se especifica textualmente que “el cuadernillo nace para defender la postura de los que pensamos que “la no violencia activa” es contrarrevolucionaria (sic) y que solo consigue aumentar la mentalidad del no se puede“. Para asegurar más tarde que tienen “un mensaje claro y cada vez mas estudiado, y que prueba de ello son muchos colectivos anarquistas que se están organizando últimamente”.
Llaman a la violencia contra los agentes, incluso cuando estos traten de identificar a los violentos -“desde aquí luchamos para que nadie sea identificado voluntariamente con el apoyo de los demás manifestantes, antes de soltar el Documento Nacional de Identidad (DNI), suelta una piedra”-.
Aseguran que “para ser objetivos y tener posibilidades de poder hacer retroceder a esta gentuza -los antidisturbios-, el numero de manifestantes activos debe de ser de 2 o 3 por cada policía”. “Si nos tenemos que enfrentar a un grupo operativo (50 efectivos) debemos ser 100 o 150, menos seria un error”.
Incluso dan instrucciones de como acudir vestido y pertrechado a las manifestaciones para eludir la acción no solo de las identificaciones sino de los gases lacrimógenos que circunstancialmente puedan ser lanzados por los agentes durante la manifestación. Señalan como avisar a los abogados y familiares tras las detenciones y dicen que “si se opta por llevar el teléfono móvil para estar mas comunicado con tus compañeros, hay que tener en cuenta que hay en este que te pueda comprometer a ti y a ellos”. También recomiendan que no sean llevados manuales -como el que reparten- para que no sean intervenidos por la policía.
También establecen la forma de actuar y coordinarse y las necesidades que como grupo organizado deben cubrir en las manifestaciones. “Compañeros con martillos y uñas levantando adoquines, recogiendo piedras de obras cercanas, reventando tabiques de cierres de locales comerciales, encargados de avisar de posibles en emboscadas, compañeros sacando petardos, pintura, gasolina escondidos de antemano, que puedan aportar tratamiento contra gas lacrimógeno… Es indispensable que haya facilitadores solidarios que faciliten el camino en el caso que haya obstáculos por salvar (sic)”.
A lo largo de las 72 páginas, se dan instrucciones de como actuar contra los efectivos policiales para atacarlos y la forma y armas que se deben usar, todo un cúmulo de actividades y órdenes para intentar neutralizar a los agentes antidisturbios encargados de mantener el orden público y la seguridad ciudadana, una medida que entra en contradicción con el mensaje de manifestaciones pacificas que venden los cargos y las instituciones autonómicas catalanas.
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Fuente: La Gaceta