«La devoción de Nuestra Señora de la Candelaria es muy antigua en la Iglesia porque es la devoción al misterio de la presentación del Señor, la Virgen que llega al templo de Jerusalén a presentar al niño, y Simeón la saluda diciéndole ‘has traído la luz que alumbra todas las naciones’. Por eso llamamos a la Virgen » la Candelaria» es decir, “la de la luz». «Es una imagen que nos ha mostrado la presencia de María desde el comienzo de la Iglesia en esta ciudad, así como estuvo desde el comienzo en Jerusalén con los apóstoles».
Sobre la ahora primera santa colombiana canonizada por el mismo Papa Francisco le preguntamos, cuál es la importancia para los colombianos de esta Santa y particularmente para la ciudad de Medellín:
Santa Laura Montoya es la primera santa colombiana canonizada y ella tuvo su centro de operaciones precisamente aquí en esta ciudad de Medellín. A partir de aquí, ella realizó toda su obra misionera con los indígenas, recorriendo varias regiones del país y extendiendo su comunidad religiosa a las misioneras de Madre Inmaculada de Santa Catalina de Siena, por todas las regiones del país. Aquí fue maestra, desde aquí empezó la obra misionera, aquí vivió sus últimos años, aquí murió. Es por eso que toda esta ciudad está vinculada precisamente a Santa Laura. Ella fue canonizada en el 2013 por el Papa Francisco. Y en este momento en que tenemos un encuentro con sacerdotes, con religiosas, religiosas y seminaristas, tiene un gran significado tener entre nosotros estas reliquias, que nos hablan de una mujer que vivió plenamente su consagración a Dios desde el bautismo, que luego se consagró a Dios también en la vida religiosa y en la vida apostólica para servir a los más desfavorecidos en ese momento, es decir, los indígenas. La presencia de Santa Laura y de sus reliquias en este centro de eventos de la Macarena junto al Sucesor de Pedro es una repetida invitación a la fe, a la santidad, al compromiso apostólico, a la comunión eclesial.
Se habla de la presencia de personas privadas de su libertad durante la Eucaristía que el Santo Padre ofrecerá en el aeropuerto. ¿Es así?
Sí. En el aeropuerto Olaya Herrera en donde tendremos esta Eucaristía del Santo Padre, esperamos unas 800.000 o millón de personas, pero en las primeras filas estará un gran grupo de enfermos con sus acompañantes, y también unos jóvenes que tienen como unos procesos de rehabilitación. Igualmente estará presente un grupo de internos de las cárceles que hemos querido traer como un signo y como un llamamiento a toda la comunidad de lo que ellos significan. Ellos, para nosotros, son de alguna manera la presencia del Señor, la presencia de Cristo.
Otra de las actividades será la visita al hogar San José. ¿Qué nos puede decir sobre cómo se llevará este encuentro?
Bueno, pues estamos muy contentos por la visita que hace el Santo Padre al hogar San José. La arquidiócesis de Medellín tiene siete hogares en los que ha recogido niños y niñas sin hogar o sin los recursos suficientes para una buena formación, y por lo tanto durante más de 100 años en estos hogares se ha prestado acompañamiento y ayuda a los niños y niñas desfavorecidos.
Creo que el amor de la visita del Papa es una voz de aliento hecho a tantas personas generosas, y un llamamiento a la sociedad para cuidar a los niños y a las niñas, para servir a los más pobres. Y algo muy interesante es que estas casas también se sostienen con las ayudas de los pobres. Muchas personas sin grandes recursos nos dan una pequeña ofrenda mensual y con eso nosotros vamos sosteniendo a todos estos niños que el Papa podrá conocer y ver.
El encuentro con ellos es muy sencillo: simplemente un canto, las palabras del director y también un testimonio de alguna de las niñas que viven allí; y finalmente el saludo y la bendición del Santo Padre.
Medellín un semillero de vocaciones: ¿cómo se ha pensado la liturgia durante la visita del Papa?
En el aeropuerto Olaya Herrera tendremos una Eucaristía solemne presidida por el Sucesor de Pedro. En el momento en el que hay una expresión mayor de la comunión eclesial hemos cuidado toda la celebración: sencilla como le gusta al Papa Francisco, pero muy digna, muy solemne, con unos cantos compuestos aquí mismo en Medellín muy hermosos, y con la participación fervorosa de la gente. Hemos insistido sobre todo en que la misa sea un momento en el que todos miramos la cercanía y la presencia de Dios, que sintamos la palabra de Dios que nos habla y nos dice que todos debemos comprometernos a ser discípulos y misioneros de Cristo, porque será éste el tema que el Papa va a desarrollar. En la Liturgia de la Macarena se trata de un encuentro en el donde, después de los testimonios y de la lectura del Evangelio, el Papa tendrá una alocución dirigida a todos los consagrados y a las familias que estemos allí reunidos. Todo será muy sobrio, muy digno, pero todo resultará de gran belleza y sobre todo lleno de la emoción, del fervor, del amor de la gente que espera con gran alegría al Santo padre.
Fuente: Radio Vaticano