Amor y paz, encuentro con la naturaleza en un ambiente amigable y relajado.
¿Por qué siempre lo mismo?
Los capitalinos haríamos bien en voltear a ver otros destinos de playa además de los que se encuentran en las costas de Guerrero y la Riviera Maya. Es increíble que existan lugares como el que hoy les voy a presentar, donde se topa uno con más extranjeros que mexicanos.
Sayulita es una pequeña localidad con estilo hippie chic que se localiza en la Bahía de Banderas, al sur del estado de Nayarit, en las costas del Pacífico mexicano. Si te animas, puedes pasar ahí varios días, o bien, escaparte de ida y vuelta cuando vayas a Puerto Vallarta, ya que haces poco más de una hora tomando un camión del servicio público.
Al caer la tarde, verás siluetas deslizándose en el mar, cuerpos que se hunden y vuelven a surgir a la espera de la próxima ola, mientras el sol se despide en el horizonte. El surfismo es uno de los principales atractivos de este poblado de tradición pesquera, al que llegan aficionados de todos los rincones del mundo con sus tablas a la espalda.
Sayulita tiene una vibra similar a la que se promulgaba en los sesenta: amor y paz, encuentro con la naturaleza en un ambiente amigable y relajado. Jóvenes, adultos y niños conviven por igual en estas playas donde el sonido de tambores acompaña una plática entre amigos, una fiesta, una comida o la placidez de caminar a la orilla del mar.
Si decides pasar tus vacaciones en este destino, las opciones para hospedarte son amplias: desde sofisticados hoteles boutique, elegantes villas con todos los servicios para una estadía de lujo, hasta búngalos o pequeños y coloridos hoteles en los que se respira un ambiente familiar; o bien, puedes seguir el espíritu aventurero y acampar. De la aventura al confort total, en Sayulita existen todas las opciones para una estancia inolvidable.
A lo largo de sus callejuelas empedradas se localizan pequeños negocios con una buena variedad gastronómica; puedes elegir pescados y mariscos, platillos típicos o algo más sofisticado: disfrutar una romántica cena a la luz de las velas en la playa.
Por las calles de Sayulita encontrarás interesantes galerías de arte y artesanía mexicana. Después de recorrerlas, termina tu día con un paseo a caballo o una caminata a la orilla del mar, mientras contemplas a los intrépidos surfistas.