Cada vez más jóvenes quieren ser estrellas de las redes sociales, pero ¿cómo elevar la calidad de los contenidos y aportar un impacto que beneficie a la sociedad? Te contamos.
Por Gabriela Delgado
Si le preguntamos a un niño que qué quiere ser de grande, ya no nos dice que quiere ser futbolista o astronauta, cantante o conductor de televisión… La respuesta más o menos común en los niños y adolescentes de esta época es: «Quiero ser Youtuber».
No solo ellos. A más de un adulto, sobre todo los que nos dedicamos al mundo de la comunicación, nos gustaría responder lo mismo. Y claro que queremos la simpatía de Chumel, la frescura de Luisito Comunica, la ironía de los Supercivícos o los seguidores de Juan Pa Zurita y Yuya. Pero aceptémoslo, es un mundo que no terminamos de entender, que nos gusta pero nos sobrepasa, pues funciona y atrapa con recursos que son distintos a los que nosotros utilizábamos y creíamos los más exitosos.
¿Cómo es que en un video se equivocan y no lo editan?, aparecen sin maquillaje, o caminan por las calles más ordinarias, esa normalidad y aparente improvisación conquista a millones de seguidores. Los medios tradicionales que quisieran esos números de audiencia están volteando a ver a estos comunicadores, e intentan copiar los estilos y formatos, pero casi siempre el resultado es acartonado y ficticio por lo que no resulta exitoso.
En A Favor de lo Mejor al observar este fenómeno y queriendo incidir en la promoción de la calidad de los contenidos, nos acercamos a este mundo, sobre todo el de los adolescentes y armamos un concurso para chavos entre 12 -17 años, quienes nos enviaron un video. Seleccionamos a un grupo de ganadores, los de mayor chispa, creatividad e ingenio eran acreedores a un training con expertos para ser la “Primera Generación de Youtubers de A Favor de lo Mejor”.
Con un plan académico bastante potente los acercamos a contenidos y expertos que sin duda les aportaron en temas de Narrativa Digital, Personal Branding, Expresión Oral, Storytelling, Técnicas de Video, visitaron agencias, universidades y tuvieron encuentros con Youtubers “experimentados” quienes les transmitieron sus experiencias.
Lo complicado del programa era que los contenidos de valor fueran accesibles a un público de tan corta edad y por eso buscamos escenarios y personas que los inspiraran. Sin embargo, una vez concluido el programa creo que los que nos llevamos más aprendizajes somos nosotros y enlisto aquí algunas de las lecciones que he denominado “aprendiendo de los pequeños”:
1. Soñar grande
Están convencidos de que pueden llegar lejos, quieren impactar con sus mensajes a millones de personas. “No importa que mi canal tenga ahorita 300 suscriptores, porque sé que voy a llegar a tener millones”.
2. Apertura
Preguntan sin tapujos, no importaba que tuvieran enfrente al director creativo de una agencia ¿Cómo le hago? ¿Cómo empiezo? ¿A quién me acerco? ¿Esto se ve bien?
3. Ganas de aprender
Y absorben los contenidos como esponjitas, buscando siempre “¿cómo puedo aplicar esto en mi canal?”
4. Partir de lo conocido
Hacen sus propios benchmarkings, estudian su entorno y posible competencia, saben a quién se quieren parecer y a quién no, qué estilos son cercanos a ellos y sobre qué temas pueden y quieren hablar.
5. No tienen miedo al error
Toman riegos, hacen pruebas y saben que en el camino se van a equivocar, pero que en el siguiente intento les va a salir mejor y si acaso no funciona, siempre hay un meme o un giftpara burlarse de sí mismos.
6. Colaborativos
Saben que no van a llegar a las grandes ligas solos, que necesitan del compañero que está en lo mismo… “Y si hacemos un video juntos?”, “Yo te mencionó y tú me mencionas”.
7. Nada es gratis
El posible éxito de sus canales tiene que ir acompañado de mucho trabajo, de constancia a la hora de publicar, de cumplir los tiempos y todo esto en sus ratos libres porque todos estudian secundaria o preparatoria.
Pasada esta experiencia y estos días con ese valioso grupo solo pienso que a mí me gustaría volver a tener 14 años y que yo también quiero ser Youtuber!
Advertencia: Si no conoces al 80% de los nombres citados en este artículo, no te preocupes, solo es una muestra de que #yaestamosrucos.