La atleta olímpica Sanya Richards-Ross revela cómo el aborto le costó el oro
Chloe Mooradian | Jun 08, 2017
AP Photo | Lee Jin-Man
En 2008, la medallista olímpica jamaicano-estadounidense Sanya Richards-Ross representó al equipo de EE.UU. y ganó el oro en los 4 x 400 metros relevo y el bronce en los 400. Aquel año, también fue nombrada atleta del año por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo. Sin embargo, en su nuevo libro, Sanya revela que tuvo un aborto la semana antes de las Olimpiadas. Ahora afirma que esa decisión no solo le costó el oro, sino que la sumergió en la desesperación.
Así lo explica la cinco veces medallista olímpica en su nuevo libro, Chasing Grace: What the Quarter Mile Has Taught Me About God and Life [Persiguiendo la gracia: lo que los 400 metros me ha enseñado sobre Dios y la vida]. “He estado persiguiendo cosas toda mi vida”, dijo Sanya a la revista People. “Persigo medallas de oro, persigo récords y persigo la mejor versión de mí misma. Así que, para mí, si no compartía el momento más duro de mi vida en el que más sentí la gracia de Dios, sería insincera con este trayecto”.
Sanya estaba prometida con Aaron Ross, jugador de fútbol americano en los New York Giants. Las carreras tanto de Sanya como de Aaron estaban empezando a despegar y se preparaban ya para la boda. El embarazo llegó de improviso y Sanya tenía la mirada fija en el oro.
“Todo lo que siempre quise parecía estar al alcance de mi mano”, escribe Sanya en su libro. “La culminación de toda una vida de trabajo estaba delante de mis narices. En aquel momento, me pareció que no cabía otra elección. El debate sobre cuándo comienza una vida se arremolinaba en mi cabeza y ocultar un hijo fuera del matrimonio en lo más alto de mi carrera parecía intolerable. ¿Qué pensarían de mí mis patrocinadores, mi familia, mi iglesia y mis fans?”.
En una llamada telefónica con Aaron ambos decidieron que el aborto era la mejor opción para ellos. Sanya tuvo un aborto un día antes de volar a Pekín. Aunque los médicos le dijeron que evitara cualquier tipo de ejercicio durante dos semanas, ella continuó entrenando. En su libro, Sanya escribe que la decisión de terminar el embarazo a través del aborto la destrozó.
“El aborto será siempre una parte de mi vida… Yo era una campeona, y no una cualquiera, sino una campeona de ámbito mundial y de récord”, escribe Sanya. “Desde la altura de esa realidad caí en la profundidad de la desesperación”.
La honestidad y la vulnerabilidad de Sanya podrían iniciar la discusión sobre cómo ayudar a las mujeres a sanar del dolor y la desesperación que causan el aborto. Después de todo, Sanya no es la única atleta que experimenta la presión para abortar.
En 2007, el canal de televisión ESPN llevó a cabo una investigación exhaustiva con universidades para preguntar cómo gestionan el embarazo las mujeres atletas en la universidad. La conclusión fue que, aunque el tema se trata rara vez en público, los embarazos en atletas ocurren con más frecuencia de la esperada y, a menudo, las atletas son obligadas a tomar decisiones desgarradoras.
“Ser atleta en muchas ocasiones significa ser egoísta”, declaró Sanya a TeamUSA.org a principios de este año. “Por supuesto, creo que ser madre es el trabajo más desinteresado que se puede tener. Estoy emocionada con la perspectiva de iniciar una familia cuando me retire, porque creo que puedo dar el 100 por cien a esa parte de mi vida, que será también muy importante para mí”.
Sanya y Aaron anunciaron en febrero que esperaban un hijo, al que calificaron de “la mayor bendición de todas”.
Mientras tanto, el libro de Sanya discurre sobre las alegrías y las penas de la vida, además de las perennes consecuencias de las decisiones.
“Este libro es mi himno personal y espero que los lectores se den cuenta de que tienen suficiente grandeza en su interior para sobrevivir a los apuros de cualquier viaje”, declaró para People. “Espero poder animar a las personas a no salirse del camino y conseguir su mayor potencial”.