Ángela Merkel da por acabada la unidad de la OTAN como pilar fundamental de la defensa de Occidente
Por V. Rodríguez
(Angela Merkel en un evento electoral de su partido, la CSU, en Munich, este domingo.– Fotografía: Sven Hoppe / AFP)
Ángela Merkel da por acabada la unidad de la OTAN como pilar fundamental de la defensa de Occidente. Europa ya no puede contar del todo con los Estados Unidos y el Reino Unido, dijo en un evento pre-electoral de su partido, la CSU.
Estados Unidos y la Unión Europea tienen ahora visiones contrapuestas sobre la Alianza. El encuentro con Donald Trump en la reunión de la OTAN y en la cumbre del G7 en Taormina solo ha servido para ahondar las diferencias, no solo en la cuestión de la Defensa y la Seguridad común, sino en asuntos como la libertad comercial y la lucha contra el calentamiento global.
El presidente Trump demanda más corresponsabilidad de los aliados en los gastos de la OTAN y prefiere un entendimiento con Rusia. Alemania lidera una Unión Europea que no quiere ni oír hablar de levantar las sanciones a Rusia y que solo a regañadientes está dispuesta a aumentar el gasto en Defensa a un 2% del PIB, muy lejos de la expectativa de Washington.
Este es el contexto en el que la canciller Merkel ha pronunciado su propia elegía a la Alianza: “Los europeos tenemos que tomar nuestro destino en nuestras manos. La era en la que podíamos confiar plenamente en otros aliados ha concluido. Me he dado cuenta en los últimos días”.
Ángela Merkel está en modo campaña electoral. Ya se sabe la flexibilidad con que los políticos se toman la realidad cuando hablan a su público.
Es cierto que ninguna de las dos partes de la Alianza atlántica –Europa y Estados Unidos– se fía ya de la otra. Sin embargo, la señora Merkel no está diciendo sustancialmente nada nuevo. Nada que no dijera en enero, por ejemplo, cuando instó a sus socios europeos a avanzar hacia la responsabilidad de su propia defensa.
Hay que recordar que la OTAN nació después de la Segunda Guerra Mundial para “mantener a los rusos fuera, los americanos dentro y los alemanes abajo”, como resumió en su día el primer secretario general de la Alianza.
Si Alemania está dispuesta de verdad a convertirse en el nuevo hermano mayor de Europa, y si los demás europeos se sienten tranquilos con una Alemania que desempeña otra vez el papel de potencia militar del continente, eso está por ver. Para Vladimir Putin, una OTAN dividida es un escenario óptimo.
La visión de una Europa autosuficiente en su política de Defensa y Seguridad, desapegada de los Estados Unidos y sin el Reino Unido en el club quizá sea prometer por encima de sus posibilidades, incluso para una político en plena fase de exaltación de la amistad de la primera jarra de cerveza de la campaña.