Cómo Universal Music alcanzó una valuación de 22 mil millones de dólares en la era del streaming
Consagrada como la compañía discográfica más importante del mundo, la subsidiaria del grupo francés Vivendi logró adaptarse con enorme éxito a la nueva realidad de la industria musical donde manda el streaming
Solistas y agrupaciones de la talla de Lorde, The Weeknd, Katy Perry, Ariana Grande, Nicki Minaj, Nick Jonas, Maroon 5, Imagine Dragons, Kanye West y Justin Bieber entre tantos otros forman parte del sello musical más grande del mundo – propiedad del conglomerado francés Vivendi – valuado recientemente por banqueros especializados en inversiones por la módica suma de 22 mil millones de dólares.
El estimado compartido el pasado martes sorprendió tanto a analistas en Wall Street como a expertos de la industria musical, quienes calculaban alrededor de los 13 mil millones el valor de la disquera que tiene firmados entre otros artistas número uno a Lady Gaga, Drake y Selena Gomez.
Pero gracias al significativo aumento en las ventas de Universal – en medio de un repunte de la industria a nivel mundial y el boom del streaming mediante plataformas como Spotify y Apple Music – la valuación de la disquera se catapultó, sobre todo si se tiene en cuenta el último número compartido en 2016 de «solo» 15.7 mil millones de dólares.
Vivendi, el grupo con base en Paris que tiene fuerte presencia en las industrias de la telecomunicación y la televisión paga, compartió en una reunión para accionistas el pasado martes un comunicado vinculado a la auspiciosa valuación de Universal Music, una de las empresas bajo su control.
El presidente del conglomerado y accionista mayoritario Vincent Bolloré comunicó que los beneficios de Universal, sin calcular impuestos y amortización, crecieron 8.4 por ciento en 2016 mientras que los ingresos finales crecieron un 3.1 por ciento.
Daniel Kerven, el analista de Bank of America citado por el periódico New York Post, destacó el pasado octubre que resulta difícil imaginar un mejor escenario para Universal con «un producto transformado que genera ingresos desde múltiples negocios, aun luego de 20 años de cambios radicales en una industria que además, tiene a las compañías de Internet y telecomunicaciones subsidiando su entrada a nuevas plataformas».
El último gran movimiento en la industria de las disqueras lo protagonizó Warner Music Group tras ser comprada en 2012 por Len Blavatnik por 3.3 millones de dólares. A los pocos meses Universal pagó 1.9 millones por el negocio musical de EMI.