Marione Ingram, de 81 años, sobreviviente del Holocausto nazi y refugiada alemana en Estados Unidos, se paró frente la Casa Blanca luego de las largas marchas contra las políticas migratorias del presidente Trump el domingo 22 de enero y alzó un cartel de cartón que decía: “Una sobreviviente dice nunca más a una prohibición”.
Ingram es la autora del Best Seller The Hands of War (Las manos de la guerra) y vive en Washington D.C.: “Yo creo que este presidente está mentalmente enfermo y rodeado de gente muy poderosa con agendas propias”. No tiene pelos en la lengua para hablar de Trump y su política de prohibir la entrada al país de emigrantes de siete países que él considera peligrosos: Siria, Irak, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen.
Ingram se sumó a las protestas porque entiende el miedo, lo vivió en carne propia cuando creció en la Alemania Nazi. Desde entonces juró dedicarse a la lucha social.
La prohibición de Trump del ingreso de personas por el solo hecho de ser de un determinado país movió a miles a protestar. Unió a personas de corrientes políticas muy diversas, desde las izquierdas más liberales hasta los conservadores católicos.
Luego del anuncio de la medida, decenas de abogados y traductores fueron a los principales aeropuertos del país en Boston, Washington y Nueva York a dar asesorías legales a quienes fueran detenidos. Uno de ellos fue la abogada Alexandra Ribe, hija de refugiados rusos y docente de la escuela de leyes de la Universidad de Georgetown: “No sabía que podía hacer, pero sentí que tenía que ir. Hablé con refugiados sirios que llegaron directamente al aeropuerto de Dulles, no puedo imaginar su dolor. Escapan finalmente de la guerra, llegan a suelo americano ¿y les damos la espalda? Eso debe ser devastador.”
Ribe agrega que Estados Unidos es un país construido por migrantes, que creció en la diversidad, por eso la medida ha sido una bofetada directa al espíritu americano. No le cabe duda de que los hispanos van a ser el siguiente chivo expiatorio a perseguir. Sin embargo, tiene algunas razones para ser optimista y es que la gente está comenzando a hablar en voz alta: “Hay que ver cuántas personas fueron a la marcha de las mujeres, cuántas de estas se replicaron a lo largo del mundo. Trump no la va a tener fácil.”
Ingram afirma que la gente puede hacer mucho por resistir y le anima ver que cada vez más gente joven se suma a las manifestaciones de forma pacífica: “Esto solo se puede hacer a través de la no violencia. Cada vez que ellos hagan algo contra la sociedad humana, tenemos que hablar más alto.”
No le cabe duda de que van a venir más persecuciones, pero también la protesta civil va a seguir creciendo: “Hay gente que cree que esto no tiene que ver con ella, pero si van por tus vecinos y no haces nada, tú serás el siguiente. El silencio nunca te va a salvar, lo sé por experiencia (…) Hay que resistir toda forma de racismo y fanatismo, hay que levantarse por la otra gente, es nuestra responsabilidad humana: ¡Stand up!”.
Autor: David González M.
Extracto de: http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/resistencia-civil-frente-a-donald-trump-en-estados-unidos/62031