Si piensas en un futuro como educador o si eres un docente recién recibido, ten en cuenta algunos errores que deberías evitar.
La docencia es una profesión exigente y en varios casos se ha convertido hasta en riesgosa, pero sin duda que para quien siente la vocación ser docente es una maravilla. Y es que la huella de un buen maestro no se borra jamás de la memoria de sus alumnos. Si tu destino está en la educación, conoce qué errores debes evitar para destacar y convertirte en el mejor maestro o profesor.
7 errores que debes evitar para ser un buen docente
1 – No estar en una posición visible
No se recomienda que el docente esté “escondido” en el aula por ejemplo entre los alumnos. Si quieres romper la barrera del pupitre y el docente detrás, utiliza algo más relajado como acercar tu silla al frente de la clase, caminar un poco en el salón mientras impartes la clase o incluso formar una ronda con los pupitres colocándote en ella; pero sea como sea siempre debes estar visible para tus estudiantes.
2 – Dejar un alumno al descubierto
Si encuentras a un alumno en una situación indebida para el horario de clase (como revisar el móvil) o incluso en una peor como estar copiando en una prueba, háblalo con él pero sin dejarlo expuesto frente a todos sus compañeros. Si lo haces le harás sentir tremendamente incómodo y seguramente ya no puedas lograr en el resto del año su respeto o cariño, dos condiciones esenciales para que el estudiante se interese por tu materia.
3 – No establecer normas claras
Si las reglas no han quedado claras desde un primer momento, entonces será confuso que interrumpas la clase a cada rato para establecer qué está bien y que no dentro del salón. Lo mejor es dejar planteado desde el día uno que cosas se pueden hacer y cuáles no en el horario de clase.
4 – Estar o parecer distraído
Si cuando los alumnos hablan tú los oyes pero no los estás escuchando realmente puede que esto se note; y es muy feo que cuando alguien habla el receptor esté como ausente porque demuestra que no le importa en absoluto lo que le están diciendo. Escucha a tus alumnos prestando verdadera atención y haz que esto se note a través de afirmaciones, correcciones o preguntas sobre lo que exponen. En cuanto a este punto, una buena estrategia para permanecer y parecer atento es mantener el contacto visual con los alumnos; tanto cuando son ellos quienes exponen como cuando eres tú el que lo hace.
5 – Demorar demasiado en la corrección
Cuando un alumno hace una prueba o examen parece que la espera hasta saber el resultado es casi una tortura; todos podemos recordar esto de nuestra época de estudiantes. La ansiedad se apodera del alumno y necesita saber cuanto antes como le ha ido; por lo que lo mejor es no demorar la corrección de manera que el tiempo no se le haga eterno. Además de que el alumno valora la rapidez en la corrección por parte del docente, también es efectivo para repasar lo que detectas que a la clase no le ha quedado claro, ya que si dejas pasar mucho el tiempo, volver varios temas para atrás será poco efectivo.
6 – Llevar los problemas personales al aula
Los problemas personales deben quedar afuera del salón de clase o de cualquier tipo de trabajo que realicemos, porque esto es parte del profesionalismo. Claro está que hay problemas más graves que otros, por lo que si estás pasando algo grave no hay necesidad de que te comportes como si nada sucediera, ya que esto podría hacerte ver casi como si no fueras humano; pero los conflictos más básicos del día a día no tienes por qué comentárselos ni hacérselos notar a tus alumnos demostrando poca paciencia e irritación.
7 – Permitir que los alumnos conozcan demasiado de tu vida privada
Ahora más que nunca en épocas de redes sociales mantener total privacidad y hermetismo sobre los aspectos personales de tu vida es algo casi imposible; pero que tengas un buen control de ciertos aspectos privados es esencial.
Si estás en Facebook o en otras redes sociales, la decisión de aceptar la amistad de alumnos o de no hacerlo será tuya; pero ten en cuenta que si tienes a tus alumnos entre tus contactos deberás cuidar lo que compartes y expones allí, ya que cometer ciertos errores de criterio podría costarte caro.
Es decir, si vas a aceptar a tus alumnos, evita hablar de temas que puedan resultar conflictivos como política o religión (sobre todo atacar una posición y defender otra) así como también mostrarte en tus aspectos más íntimos a través de fotografías o cualquier cuestion que pertenezca a tu ámbito más privado. Si tus redes las compartes con tus alumnos, lo mejor es quelas utilices solo para compartir información que pueda interesarles desde el aspecto formativo.
Fuente: Universia Bolivia