“Al tomar una fotografía siento mi unión, por fracciones de segundo, con la grandeza del universo”.
Maribel Ruiz es una fotógrafa inspirada en la belleza del mundo. Por más de 20 años ha capturado, con su lente, instantes irrepetibles de belleza natural.
Su mirada se ha dedicado a inmortalizar aquellos detalles que, en el día a día, se nos escapan. Elementos y eventos que suceden diariamente, como la perfección de una flor, la majestuosidad de una puesta de sol o la sonrisa de un niño.
“Quisiera llevar a cada lugar, imágenes que transmitan paz, belleza, libertad, majestuosidad, color, serenidad y confianza”, dice Maribel Ruiz, un objetivo que, sin duda, logró a través de su última exposición titulada La Flor. En ella, demuestra el ansia que tiene de transmitir su preocupación por el planeta y por el rumbo que está tomando la sociedad; es, también, una crítica a nuestras preocupaciones y objetos de atención; pero, sobre todo, deja notar su inmensa necesidad de transmitir la belleza del lugar que nos rodea, por más grande o pequeña que sea, sin excepciones.
La Flor es una exposición que nos recuerda la indiscutible perfección de la naturaleza, del mundo y de la vida misma; como una suerte de revelación que trata de hacernos recordar a la milagrosa conjunción de factores que tuvieron que suceder para permitirnos estar aquí, en la Tierra; y, todo eso, resumido y plasmado en la delicadeza de una flor: frágil y poderosa.
Cocom Pech, escritor maya, cuenta que, al preguntarle a su abuelo sobre las flores, este le respondió: “Las flores son los ojos de las plantas, como tus ojos son las flores en el jardín de tu rostro. Por esas flores, ojos de colores con aromas, las plantas miran, atraen, alegran y curan el alma de los hombres».
Ahora, Maribel ha decidido compartir su sentimiento de libertad y fraternidad, pero también, con la flor inmersa en sus fotografías, trata de curar el alma de los hombres y mujeres que la rodean.