La historia temprana de Teotihuacan es muy misteriosa y el origen de sus fundadores es debatido.
Durante muchos años, los arqueólogos han creído que fue construida por los toltecas. Esta creencia se basa en textos de época colonial, como el Códice Florentino, que lo atribuyó como un sitio de los toltecas. Sin embargo, en el idioma náhuatl, la palabra “tolteca” significa generalmente “artesano del más alto nivel” y no siempre se refiere a una civilización.
Si bien Teotihuacan está siendo investigada desde hace más de un siglo, se estima que sólo un cinco por ciento de las ruinas ha sido excavado hasta la actualidad.
Aunque México y Egipto están muy lejos geográficamente, los ancestros de ambas culturas construyeron algo tan similar y en perfecta alineación que aún hoy causa gran admiración: las Pirámides de Teotihuacán y las Pirámides de Giza. Se observa un patrón peculiar para posicionar las pirámides: hay dos perfectamente alineadas una al lado de la otra y una tercera que se ubica a 45 grados en relación con las anteriores.
La Pirámide del sol y la Pirámide de Keops tienen prácticamente el mismo perímetro en sus bases, siendo esta última sólo 1,03 veces mayor que la primera.
En la fase llamada Miccaotli (150-250 d.C.), Teotihuacan creció con un ritmo acentuado. Basta señalar que es durante esta fase cuando la ciudad alcanza su máxima extensión, llegando a cubrir hasta 22.5 km cuadrados, con una población estimada de 45 mil habitantes. Era más grande que la Roma imperial.
Existe evidencia de que al menos algunas de las personas que vivían en la ciudad de Teotihuacan eran de zonas de influencia teotihuacana (mixtecas, zapotecas, mayas, entre otros pueblos).
El origen étnico de los habitantes de Teotihuacan es también un tema de debate y posiblemente hayan pertenecido a la etnia náhuatl, otomí, totonaca o otro grupo étnico. A menudo se ha sugerido que Teotihuacán era en realidad un estado multiétnico.
Por razones que no se conocen a ciencia cierta, los habitantes de Teotihuacan abandonaron su gran ciudad alrededor del año 700 DC. Los estudiosos creen que el descenso fue causado probablemente por la sobrepoblación y el agotamiento de los recursos naturales.
A partir de estudios de arqueozoología aplicados a esqueletos de cánidos hallados en entierros de la Pirámide de la Luna y el Templo de la Serpiente Emplumada, los especialistas determinaron que esta antigua cultura practicó la hibridación del lobo y el perro, con el objetivo de criar loberros, animales que habrían sido usados con fines rituales, y que también estuvieron asociados a la milicia teotihuacana.
Los mexica, al ver la ciudad, creyeron que la habían construído los mismísimos dioses. No podían creer que hubiera existido un pueblo que los superara en grandeza. Por ese motivo llamaron a Teotihuacan “el lugar donde los hombres se hacen dioses”.
A la calzada principal los mexicas le asignaron el nombre Calzada de los Muertos, porque creyeron que las pirámides y los edificios eran tumbas.
La metrópoli estaba dividida en cuatro partes con una plaza y sus templos al centro. Los mexicas se basaron en ella para construir Tenochtitlan.
El nombre nahuatl de la “pirámide del sol” es “Tonatiuh itzacual” (encierro del Sol). Es el nombre que le dieron los mexicas, aunque la construcción parece haber estado consagrada a Tláloc, el Señor de la Lluvia. Así lo sugieren las ofrendas que allí fueron enterradas.
Teotihuacan era un lugar sagrado para los mexicas. El tlatoani Moctezuma Xocoyotzin la visitaba una vez al año para ir a rezar.
En un principio se creyó que Mixcoatl, el jefe tolteca, la había destruido, pero ahora se sabe que cuando él llego a Teotihuacan la ciudad ya se encontraba en decadencia. Lo que sí se sabe es que los españoles destruyeron una buena parte de la ciudad de Teotihuacan.
Si decides visitar Teotihuacan, te recomiendo que te pares frente a la escalinata de cualquiera de los templos y des palmadas, allí el eco evocará el sonido del ave quetzal. Inténtalo y deja que Quetzalcoatl te dé la bienvenida 🙂