El último ha sido el ex consejero delegado de Zurich, pero en 2013 ya se quitó la vida su director financiero
“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero” (Voltaire); “De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero” (Benjamin Franklin). Estas dos frases, contemporáneas, una del escritor y filósofo francés y la otra del científico e inventor estadounidense, sirven para ilustrar el actual y devorador sistema capitalista.
Como contraste, esta otra, escrita 2.000 años antes por Epicuro, el filósofo griego, nos muestra el antídoto: “¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”.
Es precisamente esta última frase la que sería muy útil a los responsables de las grandes compañías si quisieran evitar un preocupante fenómeno que va al alza: el suicidio de sus directivos.
En los últimos ocho años, entre otros, han acabado quitándose la vida seis directivos de empresas comoZurich Insurance, Coca-Cola,Credit Lyonnais, ABN Amro, o la plataforma de intercambio de BitcoinFirst Meta, debido a la fuerte presión que han de soportar. ¿Hasta dónde puede llegar esa presión para obtener el máximo beneficio?
La última víctima
El último caso de suicidio de un alto directivo de una multinacional se ha dado en la piel de Martin Senn, ex consejero delegado de Zurich Insurance, que dejó la compañía suiza el pasado mes de diciembre, y que acabó quitándose la vida el pasado 27 de mayo, según informó a la aseguradora suiza la familia de la víctima.
“En estado de shock y con gran tristeza debemos informaros de la repentina muerte de Martin Senn. Su familia nos ha informado de que se quitó la vida el pasado viernes”, señaló la entidad en comunicado.
Zurich expresó sus condolencias a la familia de la víctima y añadió que con la muerte del ex directivo de 59 años no sólo pierden a un ex consejero delegado de gran valor, sino también a un “amigo cercano”.
Senn había trabajado anteriormente en la financiera Credit Suisse y fichó por Zurich en el 2006 para ser el director de inversiones de la entidad, cargo que abandonó en el 2010 para hacerse con las riendas de la aseguradora.
El directivo suicidado dejó tras de sí una gestión impecable. Durante los cinco años como consejero delegado de Zurich, las acciones de la empresa subieron más de un 19% en bolsa y la compañía distribuyó entre los accionistas un dividendo récord de 17 francos suizos por acción, según informaba La Vanguardia el pasado 31 de mayo.
Entre sus acciones más destacadas, se encontró la compra del 51% de las acciones de la división de seguros del Santander por 1.700 millones de dólares, unos 1.500 millones de euros, en el 2011.
“La gestión conservadora de Senn ayudó a Zurich a evolucionar mejor durante la crisis financiera, cuando era director de inversiones”, comentó a Bloomberg un analista de Bankhaus Lampe.
El suicidio de Senn ha afectado de forma especial a la compañía, ya que no se trata de su primer directivo que se quita la vida. En 2013, el director financiero de Zurich, Pierre Wauthier, también se suicidó, lo que motivó en ese momento la dimisión del por aquel entonces presidente de la aseguradora, Josef Ackerman, a su vez ex presidente de Deutsche Bank–, a quien Wauthier acusó de ejercer excesiva presión sobre él en su nota de suicidio. Ackerman, con una larga trayectoria como directivo, negó las acusaciones pero nunca superó esa situación.
Demasiada presión
En cualquier caso, nadie duda de que la excesiva presión que se ejerce sobre los directivos de las grandes compañías para obtener el máximo beneficio pueda conducir al suicidio si llegan a soportar situaciones límite.
La lista no se acaba en Zurich. Por ejemplo, en 2008, en los inicios de la actual crisis económica mundial, René-Thierry Magon de La Villehuchet, de 65 años, ex presidente de Credit Lyonnais en Estados Unidos, se quitó la vida cuando su firma de inversión, Access International Advisors, se vio arrastrada por el escándalo piramidal de Bernard Madoff. Fue hallado muerto en su despacho de Madison Avenue, en Nueva York.
Tan solo un año después, Jean-Pierre Bagard, ex presidente de la embotelladora francesa de Coca-Cola, en el 2009, también se suicidó.
Casado y con dos hijos, Bagard, de 50 años, había hecho toda su carrera en el gigante estadounidense, donde empezó como becario cuando finalizó su formación en la Escuela de Comercio ICN Business School de Nancy, Francia.
Bagard había ascendido laboralmente hasta convertirse en director de ventas de la sociedad entre 2001 y 2005, y después director comercial, antes de ser el encargado de presidir Coca-Cola Francia desde enero de 2008.
Situados en 2014, Jan Peter Schmittmann, ex consejero delegado del banco holandés ABN Amro, mató a su mujer y a una de sus hijas antes de quitarse la vida, fruto de una profunda depresión, según confirmó su propia familia.
Otra hija de Schmittmann no se encontraba en casa en el momento en el que ocurrió la tragedia y fue sido acogida por familiares. Los investigadores policiales encontraron en la vivienda una nota de despedida.
La familia se declaró en el comunicado de la Policía “profundamente conmocionada y abatida por las inimaginables noticias. […] Sabíamos que Jan Peter luchaba contra una grave depresión”, pero que ésta le llevara a acabar con la vida de su mujer y de una de sus dos hijas “es todavía incomprensible para nosotros”, señaló.
Schmittmann fue director general de ABN Amro y abandonó el banco con una compensación de ocho millones de euros cuando fue nacionalizado en 2008.
También en 2014, la norteamericana Autumn Radtke, directiva de la plataforma de intercambio de la moneda virtual Bitcoin First Meta, con base en Singapur, decidió acabar con su vida. Tenía solo 28 años y fue hallada muerta en una torre residencial ubicada en ese país.
Radtke era una gran fan de los bitcoins y había invertido en ellos personalmente, según sus amigos. En su página de Facebook se incluyen enlaces a historias de la moneda virtual, celebrando el incremento de su valor por esas fechas.
Se trata de un caso más entre las víctimas de un sistema capitalista que puede acabar fagocitando a sus directivos, adictos a acumular dinero, y que al no poder soportar la presión cuando las cosas se tuercen acaban suicidándose.
FUENTE: http://es.aleteia.org/2016/06/14/suicidio-de-directivos-la-consecuencia-de-un-sistema-capitalista-devorador/