Como prevenir, evitar, descubrir, corregir y solucionar
Una de las plagas que más daño causan en la familia y en la sociedad es el abuso sexual infantil, que cada día es más común. Esta situación puede ser debida a muchos factores: falta de formación de los padres, falta de rigor en el control y educación de los hijos, libertinaje, pornografía, publicidad malsana en los medios de comunicación, etc.
Abusadores infantiles:
¿Quiénes son?
Estadísticamente está demostrado que la mayoría de los abusadores son parientes, amigos o personas muy relacionadas con los niños. Suelen ser personas enfermas o mentalmente desequilibrados, que aprovechan el poco o ningún cuidado que los padres tienen con sus hijos para abusar de ellos. La ignorancia de los problemas que atañen a los hijos o la excesiva confianza de los padres en las personas de su entorno, propician que los abusadores tengan muchas facilidades para cumplir sus malsanos objetivos.
¿Dónde actúan?
Los abusadores están siempre al acecho de cualquier oportunidad y actúan tan pronto como ven un resquicio en la dejadez de las obligaciones de los padres. Principalmente, actúan dentro de las familias donde les han dado la confianza de acercamiento a los niños, en las organizaciones donde hay niños y, más difícilmente, en la calle, engañando a los niños para llevarlos a sitios donde nadie pueda ver sus fechorías.
¿Cómo actúan?
Los abusadores hacen todo lo posible para ganarse la confianza de los niños con regalos y promesas. También se ganan la confianza de los padres de sus futuras víctimas, fingiendo una bondad y cariño hacia los niños que les aleje de cualquier posible sospecha. Dedican una gran cantidad de tiempo a acechar a la que consideran su posible presa. En cuanto los padres tienen el menor descuido, caen encima como los depredadores que son. Saben que no pueden materializar sus criminales instintos si previamente no han conseguido la confianza de su presa y la de sus guardianes. Esas son sus técnicas de acoso y abuso, que tantas veces la policía y los educadores han podido constatar.
Principales áreas donde se debe poner énfasis:
- Formación y educación de los padres
La formación de los padres es la piedra angular para que no sucedan estas cosas. Deben formarse profundamente a través de libros, consultas a profesionales, escuchar a los religiosos, maestros, policías, asistir a conferencias y estudios, etc. Ser conscientes de las obligaciones familiares de educación y prevención que voluntariamente han asumido para con sus hijos o personas a su cargo. Hay muchos libros buenos en las bibliotecas públicas que enseñan todos los conceptos que los padres deben aprende para poder educar y proteger a sus hijos para evitar que ocurran los abusos sexuales y otros peligros.
- Enseñar a los hijos la santidad del cuerpo.
Los padres deben, con mucho cariño y conocimiento, pero de forma muy clara y contundente, abrir los ojos de sus hijos. Informarles de la santidad del cuerpo de cada persona, y el por qué es algo de su propiedad privada que en ningún momento puede ser utilizada por nadie. Hacer hincapié, según la edad, en la pureza y castidad que deben mantener con su cuerpo, para que esas enseñanzas, traducidas en acciones concretas, vayan creando costumbre, después hábitos y se conviertan en virtud al ir pasando los años.
- Enseñar a los hijos sobre la intimidad del cuerpo.
Enseñarles que éste no debe ser exhibido desnudo, ni medio desnudo, ni en el entorno familiar y menos públicamente. Pero los padres y principalmente las madres, deben dar ejemplo con su modestia con los escotes, minifaldas, ropas muy ceñidas, etc., También en las posturas y actitudes. Si estos conceptos de imagen se enseñan a los hijos desde pequeños, además de irles formando en las virtudes y valores humanos, se va creando una muralla externa ante los ojos de los depredadores. El que evita la ocasión evita al abusador.
- Explicarles claramente cuáles son las pretensiones malignas de los depredadores sexuales y los fines que persiguen.
- Hacerles distinguir las principales señales que los depredadores sexuales suelen mostrar para acercarse a ellos.
- Fomentar la confianza de los hijos en los padres, para que les cuenten todas las situaciones que se salgan de la normalidad.
- Dedicar tiempo a los hijos, para irles sonsacando las cosas que a los hijos les parezca difíciles de contar, pero que estén bajo cualquier hilo de sospecha de los padres
- Precauciones para proteger a los hijos. Como está demostrado que la mayoría de los abusos, los producen las personas allegadas a las víctimas, los padres deben estar continuamente vigilantes con los familiares, las visitas de personas mayores.
- Preguntar a los profesionales cuáles son las principales características de los depredadores sexuales para tenerlas muy presentes cuando se acerque alguna persona con esas características.
- No descartar a nadie como posible sospechoso de abuso sexual, pues siempre sucede que los depredadores son lobos con piel de oveja que aprovechan la amistad con los padres o su ignorancia, para meterse dentro de la familia. Algunas veces, los padres abren la puerta de su casa a personas que tienen los estereotipos de los abusadores. Es como dejar el gallinero al cuidado de los zorros.
- Poner condiciones no negociables a los parientes y amigos que convivan en la casa, la visiten o se relacionen con los hijos. Las normas deben ser muy claras y contundentes. A la menor sospecha de actuaciones o acercamientos sospechosos, cortarlos fulminantemente. Los gestos, miradas, acercamientos, regalos, posturas, etc., pueden ser señales de que hay que tener más precaución. Si hay pruebas, avisar a la policía para que actúe inmediatamente.
- El abusador siempre se muestra simpático al lado del niño; su capacidad de atracción le permite ganarse su confianza sin necesidad de usar la fuerza. Con los adultos, el abusador se siente incómodo. Procura rodearse de niños a través del trabajo y el tiempo libre.
- El Internet es uno de los graves factores de riesgo para los jóvenes. Los abusadores se sienten cómodos detrás del anonimato y la privacidad que da esta herramienta.
- Comportamiento de los hijos. Los padres tienen que estar muy atentos a la forma como se comportan los hijos, así como vigilar las conversaciones con las personas mayores, las posturas, vestidos, insinuaciones, intentos de verse en la soledad de la casa, propuestas de salidas de paseos, a los cines, etc. Continuamente deben recordar a los hijos las enseñanzas que previamente les han dado para que no bajen la guardia.
- Los padres deben estar pendientes de las posibles insinuaciones o provocaciones que los hijos puedan realizar sin querer a los posibles abusadores, así como de los tipos de juegos que propongan, aunque a primera vista puedan resultar inofensivos. Las situaciones futuras deben ser previstas por los padres con mucha anticipación.
Medidas cuando han ocurrido los hechos:
Lo primero es conseguir que los hijos se abran y confíen en los padres para que cuenten los hechos y la situación real. En función de los hechos, los padres deberán recurrir a las distintas organizaciones que tiene experiencia profesional en estos casos. Puede ser la policía, la Iglesia, la escuela, los expertos en el cuidado de la salud física y mental. En el Internet y en todas las ciudades hay listados de esas organizaciones en las que los padres recibirán consejos y soluciones. En ese momento es cuando más cerca deben estar los padres y los hijos, pues es cuando más se necesitan mutuamente. Entonces aflorará la educación recibida, la mutua confianza y los principios morales y sociales inculcados.
Fuente: blog.micumbre.com/