Ésta no es una historia cualquiera, ni un vídeo más: Patricia Sandoval, joven mexicana que tuvo tres abortos, sabe de lo que habla. La suya no es la típica teórica desde un púlpito incontaminado. Sabe lo que es una clínica abortista, porque ella fue enfermera de Planned Parenthood, y todo lo que conlleva…
Prepárate porque el relato de los hechos, en primera persona, es bastante duro, pero a la vez necesario, para calibrar el infierno del aborto, pero también la fuerza de la vida y el poder de la misericordia.
Patricia Sandoval, joven mexicana que tuvo tres abortos, sabe de lo que habla. La suya no es la típica teórica desde un púlpito incontaminado. Sabe lo que es una clínica abortista, porque ella fue enfermera de Planned Parenthood, y todo lo que conlleva: los fetos en la basura, el ritmo frenético de practicar abortos cada cinco minutos para no perder dinero, la prohibición de decir “bebé” o “feto” y su sustitución por “saco de células”, el miedo y la vergüenza de las embarazadas, la codicia de los médicos de la muerte. Y también la terrible huella que esta modalidad de asesinato deja en la madre que ha abortado.
Una huella imborrable, porque la que ha abortado difícilmente se lo perdona a sí misma, aunque Dios le haya perdonado. Patricia relata en el video cómo consiguió alcanzar la paz, después de un calvario personal en el que pasó por la droga y la autodestrucción.
Tamara García Yuste, reportera de Actuall pudo entrevistarla cuando Patricia estuvo en el VIII Encuentro anual de delegados y voluntarios de Derecho a Vivir. Para Tamara no fue una entrevista más. “Patricia era consciente de que había asesinado a sus tres hijos y así lo decía”, cuenta. También le impresionó a la periodista las estrictas normas de Planned Parenthood para despersonalizar el proceso y convertir la intervención en un trámite rápido y aséptico. Pero, según testimoniaba Patricia en la entrevista y en el vídeo, aquello era una carnicería inocultable, en la que, entre otras cosas, se le obligaba a las embarazadas a firmar un papel en el que exoneraban al médico de toda responsabilidad si en el aborto les ocurría algo a ellas.
Durante el VIII Encuentro, los periodistas de Actuall tuvimos ocasión de departir con la joven, que ahora es una defensora de la vida y que anima a otras embarazadas que se han planteado abortar a reconsiderar su postura y a aceptar la vida como lo que es, un regalo inmerecido.
De hecho, el vídeo en el que se recoge su intervención, ya ha tenido frutos. El aluvión de visitas que ha tenido ha servido para que una madre decida no abortar, como te contaremos en los próximos días en Actuall.
Finalmente la joven mexicana relató su historia durante casi una hora (54 minutos) en la última sesión del Encuentro de Derecho a Vivir, ante casi un centenar de personas. Silencio impresionante ante un relato estremecedor, trufado de dolor pero con el contrapunto de la esperanza.
En los últimos diez minutos era difícil reprimir la emoción y, en muchos casos, las lágrimas. Y cuando Patricia terminó, un aplauso largo y sentido, que quería ser un agradecimiento de los asistentes pero también un abrazo. Todo ello aparece recogido en el vídeo que vas a ver.
Han pasado los días. Patricia Sandoval ha regresado a su país, donde continúa dando su testimonio. Pero el frenesí de la actualidad política, donde suele primar lo urgente por encima de lo importante, no ha disipado la huella dejada por su historia y sus palabras. Los periodistas solemos estar curados de espantos, con esa coraza con la que te blindas ante el dolor ajeno.
Pero Patricia nos lo ha puesto difícil.