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Umberto Eco era un apasionado de la Biblia

10 frases para recordar el cuestionamiento de Eco sobre Dios, la muerte, el papa Francisco, la religión…

Umberto Eco tenía “mucha estima” por el papa Francisco. De hecho le dedica algunas páginas en un libro de ensayos que se publicará ahora de modo póstumo y en el que el escritor italiano aborda diferentes temas sociales, explicó Mario Andreose, curador de la editora “La nave di Teseo”, fundada por el escritor y que sacará a la venta la obra este viernes: Pape satan aleppe, Crónicas de una sociedad líquida.

Andreose reveló que el escritor analiza al papa Francisco. “Para él no es un jesuita argentino, sino paraguayo, porque los jesuitas de Sudamérica en 1600 se fueron a Paraguay como consultores de los indios guaraníes para sacarlos de la esclavitud. Tenía mucha estima por este Papa”, adelantó, según publica el diario argentino La Nación.

Tras el fallecimiento, este 19 de febrero a los 84 años, del autor de libros como El nombre de la rosa, Avvenire, el periódico de la Iglesia en Italia, ha publicado una entrevista a Gianfranco Ravasi, cardenal de la Iglesia católica interlocutor de círculos culturales y literarios más allá de los muros leoninos.

Ravasi, también presidente del consejo pontificio para la cultura, ha desvelado aspectos privados de su amistad con el escritor y semiólogo Umberto Eco, que será enterrado este martes con un rito laico.

El prelado recuerda la pasión de Eco, que era no creyente, por los textos antiguos, en especial por la Sagradas Escrituras.

Al respecto, cabe mencionar el dialogo epistolar entre Eco y otro cardenal, el entonces arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini y que dio a la luz el libro: ¿En qué creen los que no creen? Un diálogo sobre la ética en el fin del milenio (1995).  

El experto en semiología “tenía una verdadera pasión por los estudios bíblicos” y se preguntaba por qué “los jóvenes en las escuelas deberían saber de Homero y no saber nada de Moisés, de laDivina Comedia y desconocer el Cantar de los Cantares (de Salomón)”.

De este dialogo exegético, Ravasi reveló que a Eco le encantaba, de la Biblia, el Libro del Eclesiastés (Qohéleth).

Una amistad que respiró el olor añejo de libros medievales y joyas cultas de la contrarreforma de la Biblioteca Ambrosiana de Milán fundada en 1607 por el arzobispo Federico Borromeo, amigo de Galileo Galilei y Johann Schreck.

Se conocieron en los años noventa. Ravasi fue rector y prefecto hasta 1997 de la Ambrosiana, y comentó el brillo en los ojos de Eco cuando le mostró un texto autógrafo de santo Tomás de Aquino (1224 -1274), el gran teólogo y filósofo católico, príncipe de la escolástica, que reposa en el archivo de la prestigiosa Biblioteca.

Un hecho menos conocido es la pasión de Eco por un autor también presente en la Biblioteca de Milán, Ramon Llull (1232-1316), un teólogo, filósofo, misionero español.

Los códigos medievales eran la fascinación de Eco, que los utilizó magistralmente en la novela El nombre de la rosa, ambientada en el siglo XIV en una abadía católica ubicada en los Apeninos, publicada en 1980.

Otro episodio inédito contado por Ravasi fue el encuentro entre el cardenal Martini y Eco. El arzobispo de Milán por ese entonces estaba escribiendo una carta pastoral sobre la comunicación y la Iglesia: Il lembo del mantello (1991-1992).

“Una tarde lo llevé a visitar al cardenal Martini […] para aconsejar al arzobispo en la escritura de la famosa carta pastoral…Eco, verdadero fabulador, habló y discutió toda la tarde y se quedó hasta la cena, y al final su último consejo fue: ‘Lo siento pero yo no soy capaz de dar sugerencias para escribir una carta pastoral. Más bien, preferiría escribirla yo’…”, rememoró Ravasi en memoria de Eco, uno de los 17 intelectuales del Foro de Sabios de la UNESCO.

©DR
El nombre de la rosa, (1980) es el libro de Umberto Eco más exitoso de su carrera y leído en el siglo XX, que ha vendido en el mundo más de 50 millones de ejemplares y que inspiró el film homónimo (1986) protagonizado por Sean Connery (el fraile franciscano Guillermo de Baskerville), y dirigido por Jean-Jacques Annaud.

Estas son algunas de las frases más célebres del escritor, semiólogo y filósofo italiano sobre Dios, muerte, religión…

Sobre Dios:

”Cuando los hombres dejan de creer en Dios, no quiere decir que creen en nada: creen en todo”.

Sobre el dinero, la muerte y la religión:

“El dinero puede hacer muchas cosas, pero no puede ayudarle a reconciliarse con su propia muerte. (…) Es el papel de la religión proporcionar tal justificación. Las religiones son sistemas de creencias que permiten a los seres humanos justificar su existencia y que nos reconcilian con la muerte. En Europa hemos vivido un apagamiento de la religión organizada en los últimos años. La fe en las iglesias cristianas lleva tiempo decayendo. (The Daily Telegraph diciembre 2015)

Sobre la autoridad religiosa:

“Cuando una autoridad religiosa cualquiera, de una confesión cualquiera, se pronuncia sobre problemas que conciernen a los principios de la ética natural, los laicos deben reconocerle este derecho; pueden estar o no de acuerdo con su posición, pero no tienen razón alguna para negarle el derecho a expresarla, incluso si se manifiesta como crítica al modo de vivir de los no creyentes” (1996:17 Eco, Martini).

 Sobre la defensa de la vida: 

“La bandera de la Vida, cuando ondea, no puede sino conmover todos los ánimos. Sobre todo, permítame decirlo, los de los no creyentes, hasta los de los ateos más recalcitrantes, porque ellos son precisamente quienes, al no creer en ninguna instancia sobrenatural, cifran en la idea de la Vida, en el sentimiento de la Vida, el único valor, la única fuente de una ética posible”. (1996:11 Eco, Martini).

Sobre cuando comienza la Vida: 

“Todos consideramos ya como ser humano al recién nacido, unido todavía al cordón umbilical. ¿Hasta cuándo podemos retrotraernos? Si vida y humanidad están ya en el semen (o incluso en el programa genético), ¿consideraremos que el desperdicio del semen es igual al homicidio? No lo diría el confesor indulgente de un adolescente que ha cedido a la tentación, pero no lo dicen tampoco las Escrituras” (1996:11 Eco, Martini).

Sobre el papa Francisco: 

“Hoy en día, las religiones tradicionales están en crisis y suelen entrar en conflicto entre sí. Pero esta solidaridad recién descubierta corre a través de las divisiones entre cristianos católicos, protestantes y ortodoxos. Incluso podría zanjar la división entre cristianos y musulmanes. El papa Francisco se ha convertido en intérprete de esta nueva religiosidad exhortando a cada parroquia, comunidad religiosa y monasterio a dar ayuda y abrigo al menos a una familia de refugiados”. (Prodavinci, Eco 17/12/2015)

Sobre la elección del papa Francisco: 

“Si los cardenales eligieron a este papa quiere decir que estamos en un mundo globalizado. Por eso, porque existe la globalización, es más que normal que eligieran a un papa argentino. Habrían podido elegir a un papa de Ghana, pero eligieron a un papa argentino. ¡Así es la globalización! No veo por qué la Iglesia hubiera podido escapar a este fenómeno”, (Entrevista a Eco de E. Piqué, La Nación, 28.09.2013).

 Sobre las redes sociales:

“El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.

Sobre la lectura:

Quien no lee a 70 años habrá vivido una sola vida: la propia. Quien lee habrá vivido 5000 años: estabas cuando Caín mató a Abel, cuando Renzo se casó con Lucia, cuando Leopardi admiraba el infinito, porque la lectura es una inmortalidad al pasado.

Sobre la certeza:

“Como no caer de rodillas delante del altar de la certeza”.

FUENTE: http://es.aleteia.org/2016/02/23/umberto-eco-era-un-apasionado-de-la-biblia/

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