2015 ha sido “el peor año de la historia moderna” para los cristianos perseguidos, según el informe anual de la ONG Open Doors sobre libertad religiosa.
Corea del Norte e Iraq encabezan la lista de los 50 países más peligrosos donde ser cristiano.
La expansión territorial del Estado Islámico por Libia, Siria o Iraq ha ido acompañada de una política de limpieza étnica que hace de las minorías cristianas un blanco fácil y prioritario de ejecuciones y atentados, destierro, destrucción de iglesias, confiscación de bienes y prohibición de culto.
Especial atención merece para Open Doors la situación de los cristianos en Iraq. El país ha escalado en 2015 a la segunda posición en el mapa de la peligrosidad.
Voluntarios de la organización española de libertad religiosa MasLibres.org han realizado, en septiembre y durante la pasada Navidad, dos misiones humanitarias entre los refugiados cristianos en el Kurdistán iraquí. Sus historias personales son testimonios conmovedores de resiliencia y de fe. Muchos han perdido a familiares ejecutados por el Estado Islámico. Han sido expulsados de sus hogares, desposeídos de todo y obligados a huir. Y, no obstante, perdonan a sus perseguidores y practican su fe con la alegría de siempre.
“El nivel de exclusión, discriminación y violencia contra cristianos no tiene precedentes; se está extendiendo e intensificando”, dijo David Curry, presidente de Open Doors, una ONG con base en Washington DC que apoya a los cristianos perseguidos desde 1955.
El Papa Francisco ha puesto a los perseguidos en el centro de su pontificado de la misericordia. Su reciente viaje a República Centroafricana, Uganda y Kenia, en contra de todas recomendaciones de que no visitara unos lugares tan peligrosos, ha dirigido la mirada del mundo hacia la situación de los cristianos en Estados fallidos y zonas en guerra. A qué esperan los líderes mundiales para detener el genocidio del siglo XXI.
FUENTE: Actuall