“Las flores al verte, celosas están, no comprenden cómo una de ellas, caminando va.”
Para mi amada Verónica Castellanos C. Fresca brisa en un caluroso atardecer.
Mi Musa es mágica, convierte la noche en día para aparecer en todo lo bello, desde que la conocí soy otro, ella está ahí para abrir las alas y a su lado sin miedo reemprender el vuelo, el viento de la noche gira en el cielo y canta, necesito besarla ante el cielo infinito. Primer verso de muchos que le escribo. Mi corazón la buscaba…. La ha encontrado.
Mi Musa me recibe como se merecen los grandes amores, esos que llegan muy de vez en cuando o solo una vez en la vida… con los brazos abiertos, y la quiero despacito; como al buen mezcal: con respeto y a besitos.
Mi Musa no sirve de consuelo ni es cura de desilusiones, aunque se sabe princesa, en los momentos decisivos se convierte en un implacable Darth Vader para dar el golpe final y definitivo a todas esas sombras y escombros del pasado, pues sabe que para renacer hay que morir primero.
Mi Musa en vez de excusas tiene ganas, se presenta como es; no finge ni miente, dice no creer en el amor eterno, le volveré a preguntar, comprende que en ocasiones lo que parece caos es una bendición escondida, cuando la siento cerca una brillante chispa ilumina mi alma y explota como fabulosos fuegos pirotécnicos en mi corazón, me recuerda que nosotros creamos nuestra propia realidad, nosotros, los de entonces ya no somos los mismos.
Mi Musa no se espanta ni teme, es una guerrera con heridas que ha salido victoriosa de mil batallas, amo sus cicatrices, no odia ni critica, pues ha entendido que la vida es un destino y que escoger un camino distinto no significa estar perdido.
Mi Musa se viste de colores y también de jeans, toma mezcal y de botana chapulín, canta entre labios la canción no aprendida y su risa es como una voltereta donde perdí la razón y me ata con su amor inmenso a un cielo mayor. He volado al norte y encontrado mi estrella.
Mi Musa me escucha, trata de comprender el laberinto que ha sido mi vida y cuando se abren sus labios es para ofrecerme palabras de aliento, mariposa de sueños que se parece a mi alma, respeta mis heridas de vida y entiende que no me rindo. Lo mejor de la vida aparece cuando no lo esperas. Es timón, nunca ancla, es mar, nunca arroyo, es ella, sólo ella.
Mi Musa cuando habla me comparte sus inquietudes y esperanzas, se expresa tal y como ve las cosas, no las matiza, dependiendo del tema es su nivel de voz, a veces fuerte con entusiasmo, otras en susurro y nostalgia, sabe que es su elección recordar lo que merece recordarse, no busca justificaciones ni verdades, no le interesa ni el escándalo ni la rutina, pues se sabe más grande que todo eso. Mi Musa se expresa hasta en el silencio.
Mi Musa no se reserva del mundo sólo un lugar tranquilo, no se piensa sin sangre, no se entiende sin tiempo. Vive la vida con intensidad y entrega, sin caer en la soledad nostálgica y concurrida. Desprende alegría por donde pasa, la gracia es parte íntegra de su ser y abre grandes sus ojos a todo aquello que merece su atención, con tan solo verme hace que se me olvide todo, es faro que ilumina, todo lo demás pasa a ocupar un nivel inferior. Disipa el reflejo de las historias vividas, de las personas que tuvieron un lugar y solo ella aparece como referente ¿qué puedo darle si no el cielo?
Mi Musa es bella en toda la extensión de la palabra, luz de luna en la obscura noche, espontanea, besa cuando quiere, tiene sonrisa en sus ojos infinitos, paz en su aliento y libertad en la palabra, su hermoso pelo rizado es prueba definitiva de que Dios existe, se sabe valiosa por el simple hecho de ser ella, mística como es, a su lado los imposibles se convierten en posibles.
Mi Musa es mi confidente, cómplice, aliada y mejor amiga, quizá por ser ella y haber sido siempre como es, no se da cuenta de su magnificencia. Es mi orgullo presentido y presagio de que a partir de ahora siempre estará conmigo. La noche quedó atrás.
Mi Musa es única y lo es porque es el centro de mi existencia, es la que me ama y yo amo, es la última persona que pienso antes de dormir y la primera al despertar, es única porque es mi Musa, es mi inspiración y canto de batalla, desde que mis ojos se posaron en ella me he rendido a sus pies donde inicia mi universo.
Mi Musa sabe que yo no lleno vacíos, no tapo ausencias, no ocupo espacios: yo amo, entiende que el amor verdadero es la columna vertebral de una vida, que hay abrazos que te hacen cambiar de estación y que el tiempo tiene dos dimensiones; la longitud va al ritmo del Sol, la densidad al ritmo de las pasiones, me abriré para ella lo mismo que un libro y la invitaré a vivir entre mis páginas y será la mujer con la que escribiré mis mejores capítulos.
Mi Musa reconoce que los hombres de su pasado fueron simulacros…. Yo soy el incendio, héroe de amor armado con lápiz y papel, me lanzo por ella hasta el infinito, derribando puertas, tumbando muros, rompiendo paradigmas, cazando fantasmas, despertando de golpe con intensidad por ella hasta ahora desconocida, sentimientos y emociones, enamorándola día a día, no hay espacio para simulaciones ni retórica, sólo hechos, compromiso y entrega. Mis acciones hablarán por todo lo que le escribo.
Mi Musa está interesada en los acontecimientos actuales, le duele la injusticia y adora el arte, la amo porque ha recordado todo lo que hay en mí, saca lo mejor de mí, se refiere sobre mí con cariño y de pronto me lleva a lo más intimo de su ser compartiéndome un sueño, regalándome un caricia, reconoce lo que es urgente porque sabe que la eternidad también se acaba, en las noches estrelladas ella estará conmigo, me acaricia el brazo con el que recién abracé su cintura y comprende que si va a cambiar al Mundo puede empezar por cambiar el mío.
Para siempre tu voz en el vacío de la gran ciudad.
FUENTE: http://hellodf.com/carta-de-amor-mi-musa-por-rafael-martinez-de-la-borbolla-rafaborbolla/