Conocer cuándo una persona no influye para bien en nuestra vida y tratar de alejarla es una forma de mantener nuestro equilibrio emocional. A continuación te ayudamos a identificarlas.
Los seres humanos somos sociables por naturaleza y esto explica por qué las amistades son una parte tan importante en nuestra vida.
Ya sea por pasar momentos agradables, para compartir secretos o sentir compañía, el contar con un amigo nos da un equilibrio emocional que en ocasiones otras personas no pueden hacerlo.
No obstante, muchas veces entran en nuestra vida personas con actitudes tóxicas que alteran nuestro entorno y emociones, generando un caos que muchas veces pensamos que no tiene explicación.
Lo cierto es que son amistades muy influyentes, cuyas actitudes nos desgastan de una u otra forma, limitando lo que queremos hacer o generando sentimientos negativos como el estrés, la depresión y la angustia.
Las pasivo-agresivas
A este tipo de personas nada le parece bien, nunca. No tiene la capacidad de decirlo de forma directa, sino que siempre anda con rodeos, indirectas o insinuaciones.
Suelen permanecer calladas y con actitudes extrañas para que el resto se desgasten en averiguar qué es lo que les pasa.
Con ellas hay que tener mucho cuidado, porque suelen molestarse con facilidad, aunque no lo expresen.
En ocasiones su “malestar” se acumula y al final tendrán una actitud agresiva que puede acabar bastante mal.
Las competitivas
Sea lo que sea, siempre querrán estar por delante de ti. Si le cuentas que te han dado una oferta laboral única, ella te contará que tiene algo aún mejor; si le dices que algo te duele, justo te responderá con que la noche anterior tuvo un dolor peor o similar.
Estas compañías esperan el momento para verte caer y así sentirse más superiores. Acostumbran a criticar a sus amistades por la espalda, en especial a las que son todo lo que ellas no: con más confianza en sí mismas, llenas de vitalidad y con el cariño de otras personas.
Las dramáticas
Una cosa es que los amigos se apoyen en los malos momentos y otra muy distinta que tengan que soportar siempre una gran cantidad de dramas que quizá no pueden solucionar.
Estas amistades usan a los otros como terapeutas, pero casi nunca se dejan ayudar. Todo el tiempo descargan sus miedos e inseguridades, pero no son capaces de recibir consejos y hasta se pueden molestar.
No les importa si su amigo también está pasando por un mal momento, pues lo suyo es lo peor y lo primero.
Pueden llegar a ser tan intensas que al final dejan al otro exhausto, preocupado o con estrés. Lo peor es que muchos se desgastan con sabios consejos a los que siempre le encontrarán un “pero”.
Las amargadas
Siempre se andan quejando porque las cosas van mal, pero también le ven algo malo a la vida cuando todo parece que va bien.
La queja siempre es un hábito y por esto la mayor parte de las veces lucen o están en realidad enfadados.
Por lo general son personas con falta de confianza en sí mismas, poca autoestima y a las que les enoja ver a otros felices.
Las manipuladoras
¡Cuidado con tu exceso de amabilidad! Las personas manipuladoras suelen sacarle provecho a aquellas personas que prefieren evitar confrontaciones, que hacen favores con facilidad y que pocas veces dicen que no.
Siempre se quieren salir con la suya y por eso intentan tener el control a través del enojo o la lástima.
Las envidiosas
¡Ojo con estas! Nunca tienen nada positivo para las demás personas. Les enoja que a otros les salgan las cosas bien, que sobresalgan o tengan una racha de buena suerte.
Nunca reconocerá que otros tienen éxito por sus méritos y tratará de crear chismes para generar un desprestigio.
Son personas hipócritas a las que no les cae bien la alegría de otros y quienes tratan de contagiar su negatividad en todo momento.
¡Aléjate poco a poco!
¿Identificaste alguna? Si es así, quizá debas empezar a cambiar tu actitud frente a ella o tomar distancia para que no influya más en tu vida.
Cosas tan simples como decir “NO” cuando sea necesario, poner límites de confianza y cortar las conversaciones negativas puede ayudar a mantener alejada esa negatividad.
No obstante, si nada de esto funciona y la persona parece no cambiar, sencillamente debes pasar esa hoja y tratar de ocuparte en aquellas personas que sí le aportan cosas buenas a tu vida.
Deja de hablarles por el chat, diles que estás ocupado o busca cualquier excusa hasta que entiendan que ya no deseas compartir con ellas.
Bien dicen por ahí… “Cuando te alejas de las personas tóxicas, hasta la salud mejora”.
Fuente: http://www.itg-salud.com/articulo.php?id=78523