El momento difícil. Es sábado por la noche, esperas la llegada de tu hijo de 16 años que salió con su grupo de amigos. Su hora para llegar a casa son las 10 de la noche, pero el reloj marca las 11 y aún no ha regresado. Su celular está apagado. De repente, se escucha la puerta y aparece, respiras aliviada, pero cuál es la sorpresa cuando compruebas que se encuentra bajo los efectos del alcohol… ¿Cómo reaccionar?
Gestionar las emociones. El “cóctel emocional” que sufren los padres cuando se enfrentan a esta situación, dicen los psicólogos, resulta complicado de gestionar. De la preocupación porque no llega y el miedo a si le pudo ocurrir algo, se pasa al alivio de que está en casa, más la indignación de comprobar que viene borracho/a, la decepción y el miedo por lo que está ocurriendo, el enfado nuevamente, e incluso la culpa…
¿Cómo actuar? Son muchas las emociones y sentimientos que pueden hacer que los padres reaccionen de forma inadecuada, impulsiva, e incluso contraproducente, señalan los especialistas. La psicóloga Jennifer Powell-Lunder, especialista en trabajo con adolescentes y coautora del libro “Teenage As a Second Language: A Parent’s Guide To Becoming Bilingual” (Adams Media 2010), sugiere una serie de pautas en el portal de información de actualidad Examiner. Te las enumeramos:
- Envíalo a la cama. Mientras está borracho, olvídate de tratar de hablar o discutir sobre las circunstancias que condujeron al estado de embriaguez de tu hijo. Incluso si se acuerda de la conversación, le das todas las oportunidades para fingir el olvido: «¿Qué conversación? Estaba borracho, no me acuerdo». La mejor opción es dejarle primero que “duerma” la borrachera.
- Una vez que logra salir de la cama, dale un poco de tiempo para reincorporarse. Aunque estés molesta, gritar no te llevará a ninguna parte. Y más si está aun experimentando los efectos del alcohol (es decir, la resaca). Con calma, hazle saber que quieres charlar acerca de la noche anterior. Establece el momento de comenzar a hablar de ello.
- ¿Cómo pedirle “rendir cuentas”? Al discutir la situación, comienza con una pregunta abierta como «¿qué pasó anoche?». Dale la oportunidad de explicarse. No interrumpas, debes dejarle responder. Si por casualidad, contesta a tu pregunta con otra interrogante como «¿qué quieres decir?», presenta con calma tus inquietudes.
- Un castigo razonable. Es recomendable que respondas con una consecuencia. Trabaja con tu hijo para determinar un castigo conveniente. Incluso si está claro que el adolescente se arrepiente de lo que pasó, es importante enviar el mensaje apropiado. Que no haya consecuencias, puede ser entendido como que, en algún nivel, estás de acuerdo con este comportamiento. Debe cumplir y responsabilizarse de las consecuencias de lo que hace.
- Alerta en modo ON. Si ésta no es la primera vez que tu hijo ha llegado borracho(a), debes abrir los ojos ante “la bandera roja” que está frente a ti: evaluar la situación a fondo, cada episodio y decidir si es necesario buscar ayuda profesional para tu hijo adolescente.
- Cuando hay resistencia. Se deben también discutir frases del tipo «¿cuál es la gran cosa?», o «todo el mundo lo está haciendo». Incluso puede que tengas que intensificar tu respuesta. Si, por ejemplo, tu hijo tiene su propio auto y se niega a cumplir las consecuencias (si la misma no fue que no pueda usarlo), toma las llaves.