Cada nuevo ciclo escolar produce sentimientos encontrados: es oportunidad para conocer y hacer amigos, y adquirir aprendizaje, pero también implica enfrentar el miedo a lo desconocido, al cambio, a no cumplir las expectativas y no alcanzar
las metas.
Los niños poco sociables pueden mejorar sus habilidades interpersonales y los que eran amigueros y populares pueden tener dificultad para socializar y ver perjudicado su aprovechamiento académico.
Para alumnos, profesores e incluso para los padres de familia, cada año es una etapa más a la que deben adaptarse y evolucionar para vivir nuevas experiencias y obtener mayor aprendizaje.
Resulta difícil la separación de padres e hijos, que –regularmente– durante las vacaciones pasan más tiempo juntos, conviven y fortalecen la relación de cercanía y protección.
Y cada año se repite un fenómeno curioso: a las esperadas vacaciones le sigue una especie de “resaca” moral y económica, ya que en casa nos espera una cantidad enorme de pendientes: uniformes, libros, útiles escolares, visitas al dentista, al ortodoncista, al oftalmólogo, al pediatra, pago de colegiaturas, de transporte, inscipción a clases y actividades extraescolares; es cuando surge el estrés por el regreso a clases.
Algunos recursos útiles para manejar mejor el regreso a clases, son:
1. Organizar las ideas. Aunque pensar en todo lo que hay por hacer es angustiante, es importante escribir una lista de pendientes.
2. Programar actividades. Es conveniente calendarizar dando prioridad a lo más importante.
3. Hacer un presupuesto. Estimar los costos a cubrir de acuerdo con la calendarización para pagar cada cosa en el momento apropiado.
4. Revisar, simplificar y reducir gastos innecesarios. Probablemente el uniforme, la mochila y algunos útiles escolares se pueden reciclar.
5. Compartir tareas. Trabajar en equipo con personas en la misma situación, libera de ocupaciones y pueden realizar intercambios benéficos de libros, útiles y uniformes.
6. Anticipar. Lo mejor para la próxima vez será adelantar actividades como la visita al pediatra y al odontólogo, así como algunas compras. Incluso hay colegios que ofrecen descuentos en pagos anticipados.
Lo fundamental es contar con la información necesaria y calcular el tiempo que tomará cada asunto para no entrar en pánico, queriendo hacer todo la última semana de vacaciones, cuando todo está agotado y es más complicado y caro.
Hay que recordar que el aprendizaje de los hijos es un “proceso continuo” y que todo el tiempo están observando y aprendiendo de sus padres, es decir: hijos de padres que viven de forma desordenada y con esquemas de derroche o deuda tenderán a vivir de igual forma, mientras que los que ven orden en sus padres y apego a un presupuesto, tenderán a vivir ordenadamente.
La Dra. Marina Berti es psicoterapeuta clínica.
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