“A la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma, puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo”, informa Scott Barry Kaufman, psicólogo de la Universidad de Nueva York que ha pasado varios años investigando sobre la creatividad. “Las personas con mucha imaginación tienen una mente más caótica”.
De acuerdo con el artículo de Carolyn Gregoire publicado en huffingtonpost.com, “los artistas suelen tener una personalidad compleja, pues la creatividad implica la unión de una multitud de rasgos, comportamientos e influencias sociales. No es tan simple como la división entre las regiones derecha e izquierda del cerebro (el hemisferio cerebral izquierdo es racional y analítico, mientras que el derecho es creativo y emocional); involucra numerosos procesos cognitivos, vías neuronales y emociones.
Aunque no existe definición exacta de la “típica” persona altamente creativa, hay algunos rasgos y actitudes que los caracterizan:
Sueñan despiertos.
Saben que soñar despiertos no es una pérdida de tiempo porque puede contribuir al proceso de “incubación creativa”. Las mejores ideas surgen cuando tenemos la mente en las nubes. Dicho proceso va ligado a un estado cerebral muy dinámico y exigente que conlleva conexiones y percepciones relacionadas con nuestra habilidad para captar la información frente a las distracciones. Se ha descubierto que soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación y la creatividad.
Observan todo.
Las personas creativas se comen el mundo; ven posibilidades en cualquier lugar y están constantemente recopilando información. Nada se pierde en la mente de un escritor. La escritora Joan Didion siempre llevaba un cuaderno en el que anotaba sobre la gente y los hechos a fin de entender mejor las complejidades y contradicciones de su propia mente.
Trabajan con horarios a su medida.
Grandes artistas afirman que trabajan mejor por la mañana temprano o a altas horas de la noche. Frank Lloyd Wright se levantaba a las 3 o 4 de la mañana para trabajar durante horas y volverse a acostar. Los individuos altamente creativos saben en qué momento del día o la noche su mente está más activa y así organizan sus horarios.
Reservan momentos de soledad.
“Para estar más abiertos a la creatividad, tenemos que ser capaces de usar nuestra soledad de forma constructiva. Debemos superar el miedo a estar solos”, escribió el psicólogo existencialista estadounidense Rollo May.
Aunque no siempre se cumple, la soledad puede ser una de las claves para realizar obras maestras por aquello de soñar despiertos y dejar volar la mente. Es difícil encontrar la voz creativa para expresar los pensamientos si no se contacta con el yo interior y se reflexiona sobre uno mismo.
Aprovechan los problemas que les plantea la vida.
Muchas de las historias míticas y las canciones de todas las épocas han sido inspiradas por un drama o un desamor. Los investigadores que estudian el crecimiento post-traumático, un ámbito de la psicología en auge, sostienen que mucha gente es capaz de emplear las dificultades y los traumas para aumentar sustancialmente su creatividad.
Buscan nuevas experiencias.
A la gente creativa le encanta probar nuevas experiencias, sensaciones y estados mentales porque se activa de manera significativa la creatividad. Lo que une a todas estas características es el camino hacia la exploración cognitiva y conductual del mundo, tanto interno como externo.
Se caen y vuelven a levantarse.
La resiliencia es un prerrequisito para el éxito creativo porque a menudo consiste en un proceso de fallos repetidos hasta encontrar algo que encaja y funciona. Las personas creativas exitosas son as que aprenden a no tomarse demasiado a pecho los errores.
Plantean grandes preguntas.
La gente creativa es insaciablemente curiosa; optan por cuestionar y cuando envejecen mantienen su sentido de la curiosidad, quieren saber por qué y cómo funcionan las cosas.
Se arriesgan.
La creatividad es el acto de fabricar algo de la nada por lo que requiere hacer públicas las apuestas mejor posicionadas en la imaginación. No es un trabajo para los tímidos. Perder el tiempo, empañar tu reputación y no gastar demasiado bien el dinero, son algunas de las consecuencias negativas que puede tener la creatividad.
Todo en la vida es una oportunidad para la expresión propia.
Para Nietzsche, la vida y el mundo debían considerarse obras de arte. Las personas creativas tienden a ser así y a buscar cualquier oportunidad de autoexpresión en la vida diaria. “La expresión creativa es la expresión de uno mismo”, afirma Kaufman. “La creatividad no es otra cosa que la expresión individual de tus necesidades, de tus deseos y de tu naturaleza única”.
Siguen sus pasiones verdaderas.
Los creativos suelen tener motivación intrínseca, en lugar de buscar el reconocimiento o las recompensas externas; obtienen su energía de las actividades que plantean desafíos.
Salen de su propia mente.
Otro objetivo de soñar despierto es salir de su perspectiva limitada y explorar otras formas de pensamiento: imaginar lo que está pensando alguien o fantasear sobre su ‘yo’ futuro, pensar desde la perspectiva de otra persona o reflexionar sobre una cuestión como si fuera irreal o desconocida, puede activar el pensamiento creativo.
Pierden la noción del tiempo.
Las personas creativas entran lo que se conoce como estado de flujo; un estado mental en el que van más allá de su pensamiento consciente para alcanzar un estado superior de concentración y calma sin esfuerzo, siendo prácticamente inmunes a cualquier presión o distracción, interna o externa, que pueda entorpecer su actividad. Sucede cuando hacen algo que disfrutan y se les da bien, pero que les plantea retos; es lo que define a un buen proyecto creativo.
Se rodean de belleza.
Suelen tener un gusto excelente y por eso disfrutan de la belleza y se rodean de ella.
Saben unir los puntos.
Saben ver oportunidades donde otros no las ven. En palabras de Steve Jobs: “La creatividad simplemente consiste en conectar las cosas. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo han hecho algo, se sienten un poco culpables porque en realidad no han creado nada sino que se han limitado a ver algo. Han sido capaces de conectar sus experiencias y sintetizar cosas nuevas”.
Gustan de cambios radicales.
La diversidad de experiencias es crucial para la creatividad. A las personas creativas les encanta alterar las cosas, tener nuevas experiencias y evitar que su vida se convierta en algo monótono y rutinario.
Encuentran tiempo para la meditación.
Entienden el valor de la meditación, pues su trabajo depende de ella, como una herramienta para conectar con su estado mental más creativo. Algunas técnicas de meditación promueven el pensamiento creativo y pueden ir ligadas a una mejora de la memoria y de la concentración, a un mayor bienestar emocional, a una disminución del estrés y de la ansiedad, y a una mayor claridad mental.”
Fuente:
Extracto del artículo
18 Things Highly Creative People Do Differently, de Carolyn Gregoire.
http://www.huffingtonpost.com/2014/03/04/creativity-habits_n_4859769.html