“Hoy el día me vivió, yo no lo viví”. Cuántas veces nos rebasan las circunstancias, las actividades cotidianas y los problemas, y son ellos, los que dirigen nuestras acciones. ¿Hacia dónde voy? ¿cómo soy?, ¿qué quiero cambiar o mejorar en este momento de mi vida?
“Ser mujer hoy”, busca ser ese alto en tu camino: una guía para que día con día puedas reflexionar y mejorar en los diferentes ámbitos en los que te desarrollas como mujer (esposa, madre, trabajadora, ciudadana), y hagas de tu vida de tu vida el proyecto más importante.
Hoy, la mujer estudia, trabaja, ocupa puestos públicos y privados, cambio que me parece maravilloso, ya que tenemos más oportunidades y espacios que los que tuvieron nuestras mamás y abuelas. Sin embargo, en este tránsito me he dado cuenta que nos enfrentamos al grave riesgo de hacer a un lado nuestro papel insustituible como esposas y madres, olvidándonos de nuestra verdadera esencia femenina.
La mayoría de las mujeres queremos o tenemos que trabajar, pero deseamos también formar una familia. Surge entonces ese gran conflicto entre familia y trabajo, ya que una gran realidad es que los mejores años como mujeres en el trabajo, coinciden precisamente con los mejores años para ser madre.
Equilibrar no es tarea fácil, pero tampoco imposible. Es por ello que el libro “Ser Mujer Hoy” explora situaciones que vivimos las mujeres en el ámbito familiar, profesional y social, así como reflexiones y recomendaciones que pueden ayudar a la mujer a descubrir su misión en la vida, a vivirla y gozarla; a ser mejor en compañía de los demás, potencializando los talentos individuales y fortaleciendo sus relaciones en sus diferentes roles femeninos.
El tipo de feminismo que realmente valora tanto a la mujer como al hombre y, por tanto el que más beneficia a nuestra sociedad, es el feminismo en equilibrio, donde las mujeres en lugar de buscar una óptica feminista luchamos por una óptica femenina, en la cual se contempla al hombre y a la mujer como un todo.
La dinámica familiar ha cambiado: el esquema en que la mujer se encargaba del hogar y de la educación de los hijos, en tanto el hombre figuraba como el proveedor económico de la familia, ya no es común.
Reconozcamos que la mujer necesita del hombre y viceversa, por lo que ella lo debe involucrar en la paternidad, en la educación de los hijos, para que su intervención no sea sólo biológica sino total. La mujer y el hombre somos un complemento no una competencia; iguales tanto en dignidad como personas, como en los derechos y responsabilidades que vivimos.
Conozcamos y vivamos nuestras diferencias, para lograr una sociedad más humana y un México mejor.
LUCIA LEGORRETA
Autora “Ser Mujer Hoy”. LID Editorial.
www.lucialegorreta.com
cervantes.lucia@gmail.com