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¿Por qué es importante la convivencia padre-hijo

El papel del padre después del nacimiento del bebé.
Muchas notas de prensa se han escrito respecto a los permisos por paternidad planteados en la Reforma Laboral. Sin duda, es una noble intención cuya meta es trascender el papel, crear una cultura orientada al involucramiento de los hombres en la crianza temprana de los hijos, papel que hasta hoy, ha estado designado sólo a la mujer.

La escasa participación del hombre respecto al cuidado de los hijos, es una realidad histórica que debe cambiarse: “el papá necesita saber lo importante que es para la mamá y para el bebé su presencia y su interés en el ejercicio de la paternidad”, comenta la Psicóloga Aleida Guajardo, presidenta del Centro Integral Padres-Bebés (CIPABE) A.C.

Muy pocas personas saben que existen “conductas paternales” determinadas por factores bioquímicos. Al respecto, la doctora Guajardo nos explica “existen estudios en especies animales para determinar esta conducta. En el caso de los humanos varones, se dice que mostrar ternura hacia el bebé y cargarlo tiene un substrato hormonal, generado por la disminución de testosterona y un aumento en la prolactina y el cortisol, sustancias que influyen químicamente en las funciones cerebrales para que el padre esté más alerta respecto a las necesidades y el cuidado del bebé”.

El papel de “padre” comienza aún antes de que nazca el bebé. El involucramiento del varón respecto a su nuevo rol es de suma importancia para fortalecer el desarrollo óptimo del bebé en gestación. “Por lo general, la reacción del hombre frente al embarazo de su pareja puede clasificarse de 3 maneras – como nos explica la especialista en psicoterapia infantil-:

Papá observador: es el que se queda en la periferia respecto al embarazo, es decir, está presente pero no realiza acciones que demuestren su interés. Tiene un alto grado de control de sí mismo, de sus emociones y de su involucramiento emocional, lo que no quiere decir que no le importe.

Papá reactivo: el que participa, el que quiere estar presente en todo lo relacionado al embarazo. Participa en el hospital favoreciendo el alojamiento conjunto, ayudando en el cambio de pañal, carga al bebé, lo arrulla y sostiene emocionalmente a la mamá.

Papá instrumental: es el que se ve a sí mismo como la persona que ayuda a que todo salga bien (hace arreglos para las consultas prenatales, cuida que el entorno del hospital sea el adecuado, por ejemplo), sus emociones son obvias y no teme demostrarlas”.

La relación y el amor que siente un padre por su hijo son tan importantes para su alegría, éxito social y académico, como lo es la relación con la madre. De ahí que, aún cuando el padre no puede experimentar lo que la mujer siente al parir, sí puede involucrarse más a fondo en el proceso, demostrando que la experiencia no es sólo de la mujer sino de los dos. “La función masculina no es hacer de madre, sino cuidar y garantizar que a su bebé no le falte una. El papá se convierte en compañero de una madre que cría y que necesita de un entorno seguro, apacible y tranquilo para la crianza del bebé” comenta la especialista en Educación Perinatal Gabriela Oria y enfatiza “se ha demostrado que la presencia del padre en el niño es de vital importancia para su desarrollo mental y emocional, debido a que la identidad masculina se configura a través de relación con otros hombres, específicamente con el padre y la constante interacción dentro de esta relación”.

Culturalmente, la imagen tradicional que se tiene del padre no ha permitido a muchos hombres acercarse plenamente a sus hijos. En otras palabras, el padre es visto como proveedor y como autoridad. El amor en cambio, se considera una característica esencialmente materna. Percepción que ha provocado que muchos hombres abandonen su parte emocional, porque lo débil, lo blando, lo cariñoso es asociado con lo ” femenino”.

Lo cierto es que la paternidad también puede cambiar la imagen que un hombre tiene sobre sí mismo y ayudarles a descubrir sus propios valores y a establecer prioridades. Puede, también reforzar la autoestima si se asume y se enfrenta de manera adecuada las responsabilidades y retos que la paternidad les plantea: “el padre puede aprender de sus hijos y madurar mediante ese aprendizaje”, subraya la educadora perinatal con más de 40 años de experiencia.

Sin duda, el ejercicio de la paternidad implica una gran inversión de tiempo y de compromiso por parte del hombre y no hay un manual que le indique cómo hacerle frente, “no hay reglas establecidas, cada papá va construyendo la relación con su hijo de la manera que entiende, dándose la ibertad y el espacio para ensayar distintas maneras de estar con el hijo, tratando de encontrar siempre, la mejor manera de construir y de experimentar el privilegio de ser padre”, puntualiza Gabriela Oria.

Aleida Guajardo

Psicoterapeuta de padres y niños

Especialista de TAD (THINK ACTION DEVELOPMENT) en fortalecimiento del vínculo entre padre e hijos.

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